El Athletic y todo el fútbol de Bizkaia se vuelcan con Erik: su familia busca recaudar fondos para financiar un tratamiento de rehabilitación en Catalunya

Bilbao

El fútbol bizkaino se ha volcado con Erik Villarroel. Este joven, que acaba de cumplir 17 años, sufrió un grave accidente en 2022, mientras jugaba con sus amigos. Estuvo seis meses en coma, hasta que el pasado verano consiguió salir de dicha situación crítica. Hasta la fecha, Erik está ingresado en el hospital de Gorliz. Sin embargo, en breve recibirá el alta, por lo que su familia ha iniciado una campaña para recaudar fondos con los que financiar el tratamiento que el chico necesita para seguir con su proceso de rehabilitación.

Osakidetza no cubre los servicios que Erik necesita para avanzar en su recuperación, por lo que la única opción que su familia ha encontrado es trasladarse a una clínica privada ubicada en Catalunya cuyo coste mensual ronda los 10.000 euros. Para ayudarles, el Sporting de Lutxana y el Sestao River -clubes en los que militó Erik antes de sufrir el accidente- han lanzado una campaña, en colaboración con la Fundación Athletic Club, para recaudar el máximo posible.

Ampliar

Sorteo solidario

Así, han organizado una rifa para el próximo 3 de mayo. Han puesto a la venta 100.000 papeletas al precio de dos euros. El sorteo se realizará con el número de la ONCE de ese día, el 3 de mayo. Entre los premios hay dos entradas VIP para un partido en San Mamés, una camiseta firmada por la primera plantilla del Athletic, unas botas firmadas por Nico Williams, sendos guantes de Unai Simón y Julen Agirrezabala o una gorra de Ernesto Valverde.

"Estamos abrumados por la respuesta. Desde que sacamos a la luz la iniciativa hemos recibido cientos de llamadas interesándose por Erik y mostrando su voluntad de colaborar con nosotros", confiesa Jon Ander Arana, coordinador de fútbol del Sporting de Lutxana. "Estamos con los teléfonos y los correos ardiendo. La gente está mostrando una solidaridad brutal y una empatía increíble porque es una situación que le podía haber pasado a cualquiera", añade.

Los médicos son optimistas

Los organizadores de la iniciativa tienen claro que el deporte está demostrando que "tiene un componente solidario y mágico". A través de él, confían en lograr su objetivo: "Llevar a Erik a Barcelona para que pueda seguir con su recuperación", deja claro Arana. Y es que "hasta verano, las expectativas eran muy negativas. La familia estaba hundida. Tener que ver día a día a un hijo en estado vegetativo, sin ningún tipo de mejora, imagina lo que tiene que ser".

Sin embargo, "cuando despertó, se abrió un pequeño halo de esperanza". Destaca Arana que "gracias al tesón de la familia, que ha buscado un tratamiento alternativo al de Osakidetza, Erik empezó a mejorar de manera ostensible". Despertó del coma y pronto se produjeron nuevo avances: "Empezó a responder a estímulos, a articular palabras, a mover dedos. Los médicos son optimistas y creen que, si sigue con este tratamiento de rehabilitación, en cualquier momento puede tener un chispazo cerebral que permita que pueda tener una recuperación total o, como mínimo, que le permita hacer una vida lo más normal posible", finaliza.