Hacía cuatro años y medio que Surne Bilbao Basket no ganaba a Baskonia en Miribilla. Había ganas, pero tan importante como ganar al vecino es sumar la 11ª victoria y abrazar prácticamente la permanencia. «Antes del partido me planteaba qué era más importante, hacer un buen partido, ganar un derbi, ganar a un equipo de Euroliga o sumar un triunfo que con el que casi nos quedamos un año más en ACB. Mira, al final me quedo con todo, pero sin prioridades, disfrutando de todas ellas a la vez», apuntaba Pornsarnau nada más vencer a otro equipo de Euroliga. Si a todo ello se le suma la forma del triunfo, el disfrute para los aficionados de los «hombres de negro» es aún mayor. Kullamae se sacó la espina de aquella jugada que le persigue este año en Badalona, un tiro completamente solo que podía haber otorgado el triunfo al Bilbao Basket. Va a ser una de esas jugadas que se van a quedar en la retina de los aficionados durante muchos años. El escolta estonio agarró la bola en los segundos finales, con 79-80 ante el Baskonia. La idea era penetrar, pero se fabricó un triplazo lejanísimo, a más de ocho metros, casi sobre la bocina, ante la incredulidad de un pabellón lleno a rebosar y metió la canasta de la victoria. Durante el vuelo del balón que buscaba el aro baskonista se hizo el silencio en el Bilbao Arena y acto seguido explotó. Le quedaba un segundo a Baskonia para intentar un último lanzamiento desde su propia canasta. Era prácticamente imposible. La victoria se quedaba en casa. El final fue espectacular, pero fue un derbi más emocionante que de juego delicioso. Fue la segunda mejor entrada en Miribilla tras la del partido contra el Real Madrid. Bilbao Basket salió a quemar las naves, como viene siendo habitual en los últimos partidos. Baskonia echaba de menos a Howard porque los de Ivanovic tardaron en acostumbrarse a atacar sin su mejor pistolero. Renfroe dio un paso al frente con una dirección en pista magistral y el Bilbao Basket supo volver cuando todo parecía perdido. La sensación al descanso era que el Bilbao estaba haciendo bien las cosas y el Baskonia no había alcanzado su techo, pero los pocos errores eran castigados por parte de los vitorianos. A los tres minutos, Marinkovic puso por delante al Baskonia por primera vez en el partido con una bandeja en contraataque: 46-47. El descontrol era absoluto por las dos partes. McIntyre empezó a generar en ataque y cerró el tercer cuarto con un 59-63 a su favor. Un triple de Costello, al arrancar el último acto, ponía la máxima renta para Baskonia, pero a este Bilbao hay que matarlo más de una vez. Una falta clara de McIntyre, braceando ante Rabaseda, la interpretaron al revés los árbitros. Quedaban 9,3 y metió los dos tiros. Baskonia se ponía 79-80. Y llegó la jugada de Kulamae para el delirio de la grada. Todo fue una fiesta, empezando por el homenaje a la Peña Hirukoa que celebraba su 20 cumpleaños.