Mikel Landa se confiesa: "He sido bastante chaquetero... y no me arrepiento"

Vitoria-Gasteiz

El invitado de este episodio de SER ciclista, el podcast de la Cadena SER dedicado a las dos ruedas, es Mikel Landa Meana (Murgia, Zuia, Álava, 1989), que comparte localidad de nacimiento (1.108 habitantes) con Unai Simón, portero del Athletic Club y la Selección Española, y la realizadora de este podcast. Dos veces en el podio del Giro (2015 y 2022), es uno de los ciclistas más talentosos de su generación. Profesional desde 2009 y actualmente enrolado en el equipo belga Soudal Quick-Step de categoría UCI WorldTeam. Especialista cuando la carretera se pone cuesta arriba, su manera de correr se ha ganado el fervor del público, generando un movimiento que se ha dado en denominar Landismo.

Las caídas y el 'Landismo'

Como todos los invitados, Mikel nos narra cuáles han sido sus mayores caídas en bici para romper el hielo: "Recientemente he tenido una, me he roto una clavícula y dos costillas... la mayor quizás en el Giro de 2021, donde me rompí clavícula y cinco costillas. Por suerte, la clavícula es molesta, es fastidiosa, pero no es una lesión muy grave (se la ha roto seis veces). A pesar de todas las veces que me he caído, he podido volver lo antes posible, y sano". Muchas de sus caídas han sido fortuitas, pero "la verdad que no han sido errores míos, así que no, no me ha servido el aprendizaje".

En la comparación de la simpatía que generan corredores como él o Perico Delgado, lo tiene claro. "Héroes, superdeportistas, hay muy pocos y la mayoría de la gente no nos vemos reflejados en ellos porque son, eso... superhéroes. Yo creo que a otro tipo de corredores nos pasan cosas buenas, pero también cosas malas. Nos caemos, nos levantamos... la gente se ve más reflejada en nosotros. Sí, quizás eso genere más empatía", explica. Pero ese hecho no se le sube a la cabeza, "es cierto que a veces te sorprende... dices, ¡qué dimensión está cogiendo esto! Pero la mayoría de veces... con mucho cariño, con mucho humor. Y respeto, lo agradezco mucho y es algo que que me divierte y me agrada".

Sus inicios

Sus inicios fueron en otro deporte, "jugué a fútbol en Ikastola Izarra y luego probé con la pelota (pelota vasca o pilota jokoa, juego tradicional vasco). Pero estuve un año solo porque al mismo tiempo empecé con la bici y ya en casa me dijeron... oye, habrá que elegir, que no podemos estar todo el día de un lado para otro". Su afición creció "viendo a Iban Mayo, a (Haimar) Zubeldia, a (Joseba) Beloki, Roberto Heras... Esos corredores de naranja fueron los que me engancharon. Verles en el Tour atacando a Armstrong... y con ellos, me enganché", confiesa.

Ampliar

Precisamente, Iban Mayo, uno de esos ídolos de adolescencia, tiene una pregunta para nuestro invitado. "¿Qué resultado te gustaría conseguir a nivel individual... qué victoria has soñado... qué crees que todavía la puedes conseguir?". Mikel es claro: "Mi carrera favorita es el Giro de Lombardía, una de las clásicas más antiguas. Si pudiese elegir una carrera, pues me encantaría ganar esa. Creo que todavía es posible, ¿por qué no? Y también me gustaría acabar este año con un podio en La Vuelta. Es un objetivo muy ambicioso, pero a nivel individual es algo que me gustaría".

Julian Iantzi también pregunta a Mikel por cuáles son sus perspectivas tras las últimas caídas sufridas en varias pruebas. "Como tengas miedo, no vuelves", afirma. "Hay que pasar página, intentar recuperar... por suerte o por desgracia es una lesión que ya conozco... así que ya voy sabiendo truquillos, manejarme mejor en el día a día para hacer rodillo antes. Y la lesión va bien, ha sido una rotura bastante buena dentro de las roturas, así que espero estar pronto de vuelta a la carretera".

El Giro

Sobre las grandes carreras, nos confirma que "el Giro me dio mucho, es una carrera donde me descubrí. Creo que es donde exploté y alcancé mi mejor nivel, y por eso le tengo un poco más de cariño... al Tour también. Ese estrés, esa adrenalina que te produce el Tour, las demás no te lo producen, y a La Vuelta también. Estos últimos años le he cogido cariño. Hacía tiempo que no la corría y en carreteras más conocidas, también me ha gustado... Así que me quedo con el Giro, pero... gana por poco".

Jorge Azanza fue ciclista profesional en el Kaiku y el Euskaltel. Desde 2015 comenzó a ejercer como Director Deportivo en el Euskaltel Euskadi, que ahora sueña con volver a alcanzar el máximo nivel, el UCI Pro Team. Mikel Landa impulsó el proyecto. "De bien pequeñito ya se veía que no iba a pasar desapercibido, ese carácter de ser el mejor, lo ha tenido desde siempre... y en lo deportivo la primera victoria (Neila, Vuelta a Burgos, 2011) le hizo creérselo de verdad. Tuve la suerte de estar muy cerca de él en los inicios. Incluso de ser su peluquero particular en alguna que otra carrera", recuerda Azanza de los inicios de nuestro invitado. Mikel le guarda bastante cariño: "Es de los regalos que te da el ciclismo, conocer a Jorge. Como yo pasé a Euskaltel siendo un chaval, él ya empezaba a ser de los veteranos. Y en una Vuelta a España coincidimos en la misma habitación... en Galicia, en Agosto, un calor del copón, y con el pelo largo, hizo de peluquero... menos mal que tenía casco y lo disimulábamos, ¿no? Al final de la Vuelta, estaba todo igualado".

Euskaltel

Euskaltel, Fundación Euskadi, es un proyecto muy especial para el alavés. "El naranja es especial —confiesa—, es el color de mi corazón, me dio la oportunidad de pasar a profesionales, es un color que ha marcado mucho el ciclismo en Euskadi y hoy todavía estoy muy pendiente de lo que hacen los chicos con esos colores".

Ampliar

Ha militado deportivamente en equipos como Astana, Euskaltel, Sky, Bahrain, Movistar o Soudal Quick-Step y declara con humor haber sido "bastante chaquetero". "La verdad, he pasado por muchos equipos y no me arrepiento de nada... me siento un afortunado por haber podido estar en los mejores equipos del mundo. He conocido a muchísima gente, y todos me han aportado algo. Lo primero de todo es que te quieran... ser parte importante, que te escuchen, que te necesiten. Y por supuesto que sea un equipo que te encaja, que sea un equipo que tiene los mismos objetivos que tú, que te puedan apoyar en el tipo de carrera que quieres disputar, pero sobre todo eso, que te quieran...".

En ocasiones, al de Murgia, se le han criticado algunos momentos de desconexión, "la bici no lo es todo", afirma... "cada uno sabe lo que tiene, lo que le va bien para dar el máximo. Este es un deporte súper exigente, y cada uno tiene unas vías de de escape. No me he ido a Andorra a vivir, no me he ido a Mónaco, he decidido quedarme en mi tierra, con mis amigos, con mi familia. Conlleva tener un poco de ocio, y faltaría más no poder hacerlo". Ander González el popular cocinero guipuzcoano que se ha convertido en una estrella televisiva en Euskadi desde las cámaras de ETB, le pide que compare el ciclismo y la mesa y el mantel y si cambiaría esas comidas de las que tanto ha disfrutado por una etapa en el Giro. "Una buena comida, con una buena sobremesa, con amigos, familia llena mucho... y si son todas las comidas, la respuesta está clara".

El corredor de Soudal Quick Step reflexiona sobre las carreras de antes, que "eran mucho más de supervivencia, más de pillos... era otro tipo de corredor... había que hacer muchas más cosas para llegar a meta, no solo para llegar primero, sino para llegar. Ahora es un deporte mucho más medido, es puro deporte, puro rendimiento. Se miden todos los esfuerzos, materiales, alimentación, ha cambiado mucho... se ha utilizado mucho la ciencia para conocer el cuerpo humano, los alimentos, los materiales. Es un deporte que genera muchos intereses, mucho dinero, y todo el mundo quiere sacarle el máximo partido a su equipo, a su equipamiento, a sus corredores...".

Agarrando "de abajo

Landa es querido por una legión de fans, con un movimiento que ha cristalizado como Landismo, una de cuyas señas de identidad es atacar la carrera "agarrando de abajo", por su postura en la bici, que tanto emociona a sus fans, como el hostelero Moris, que interviene en el podcast desde Legutio (Alava).

"Moris ha estado siempre ahí en los momentos buenos, en los malos. Me ha visto sufrir, me ha visto disfrutar y sabe perfectamente, de lo que va esto", agradece Mikel. "Me salió muy natural, agarrarme abajo... iba más cómodo, podía hacer más fuerza en esos momentos", añade. Esa habilidad para ascensos y descensos, tiene su explicación: "Cuando era cadete o juvenil solíamos ir a correr mucho a Gipuzkoa y nos ponían unos, puertos siempre al final. Mi aita (padre) me enseñó Garrastatxu recién asfaltado, y me enseñó a bajar. Años más tarde, ya cuando era profesional pusieron ahí un final de etapa... venía de un invierno muy malo... había tenido alguna lesión, y prácticamente en la primera carrera del año, voy y gano".

La afición vasca

Mikel nos habla de la afición al ciclismo en Euskadi: "Siempre ha estado muy arraigado... tenemos todo para hacernos ciclistas... la tradición, los coches nos respetan mucho y cuando eres cadete, cuando eres juvenil o incluso en las escuelas, tienes la suerte de tener carreras todos los fines de semana a menos de una hora de casa... creo que que facilita mucho las cosas, para engancharte, para poder ir a correr y sobre todo, para que la familia te apoye".

Confiesa haber quedado impresionado con la facilidad del pedaleo de algunos compañeros de pelotón, "han salido muchos corredores que me han gustado, pero Kiryienka, Luis León (Sánchez), Wiggins y tirando más para atrás Vinokúrov, Ullrich... muy elegantes". Su mentalidad tiene que adaptarse a esa diferencia de papeles entre gregario y líder: "En cada momento tienes tu rol, he ido buscando un poco mis propias oportunidades. En equipos muy grandes ya había líderes consolidados y tenía que apoyarles, y al mismo tiempo tenía alguna oportunidad pequeña. Luego seguía buscando mis oportunidades en otros equipos y ahora... ha aparecido Remco (Evenepoel), un corredor en el que a veces me veo reflejado, por esa impulsividad, por ese carácter... me motiva especialmente estar a su lado, aportarle mi experiencia y ayudarle a conseguir lo que yo no he conseguido".

Ramón Espinar, profesor universitario que viene de la política, es un gran aficionado al ciclismo, admirador, y le consulta, —haciendo gravel desde "La Morcuera"—, por la ocasión en la que él y Fabio Aru se las hicieron pasar "canutas" a Contador en el Mortirolo en 2015, y qué hubiera pasado si le hubieran dado libertad al alavés para atacar. "Podemos decir que éramos vencedores morales de aquel Giro, la verdad es que me encontraba muy fuerte. Me faltó el apoyo del equipo... apostó por Aru. Siempre nos va a quedar esa duda, ¿no?", declara Mikel Landa.

El ciclista y comunicador de las dos ruedas, Mikel Ilundain, del podcast A la cola del pelotón, le formula preguntas sobre nutrición y también sobre cuándo es más feliz o disfruta más, lejos de la bici, o en temporada: "Siempre hay que pelear durante el año para llegar en el mejor peso posible al objetivo y cuesta un poco. Como bien ha dicho Mikel, nosotros conocimos ese ciclismo más enfermizo, en el que los médicos no veían más allá del número en la báscula y sufrimos bastante. Cometes muchos errores con el peso. Por suerte ha cambiado el ciclismo, y hay mucha ciencia también... nos han enseñado a comer bien. ¿Qué disfruto más? Estoy ahí... pero sí que es cierto que cuando las piernas van, se disfruta muchísimo, así que no sé, estoy al 50/50".

Mikel Landa y la música

El colectivo musical navarro Suakai hizo un tema al ritmo del corazón de nuestro protagonista. "Me propusieron hacer una canción utilizando mi ritmo cardíaco como metrónomo, como marcador del ritmo de la canción, y al mismo tiempo esa canción me tenía que ir motivando e ir subiendo mis pulsaciones para llegar al punto más alto".

"Me gustó mucho la idea, y creo que quedó muy bonito". No es su única relación con la música, ya que toca la trikitixa (un acordeón diatónico típico del folklore vasco). "Estudié piano y el teclado de la triki lo podía descifrar... el confinamiento dio para mucho", apostilla con humor.

Además, el ciclista compara las estructuras de los equipos por los que ha pasado. "Al final se trata de dar lo mejor a los corredores... hay un manager general, directores, diferentes departamentos como médicos, preparadores, nutricionistas, masajistas y mecánicos y luego los corredores... donde hay más dinero hay más medios, más mecánicos, más masajistas... mejores viajes, mejores conexiones de vuelos o el mejor material. Pero esto se resume en lo mismo, dar pedales lo más rápido posible y al final al corredor casi nunca le falta de nada, estés en un equipo o en otro... al final hay 150 chalados intentando pasar primero por meta".

Afortunado

Nos deja un pensamiento final: "Soy un afortunado, no me he tenido que ir de mi casa, he tenido todo muy fácil para ser corredor, incluso empecé en la Universidad siendo profesional. Luego la dejé, porque no me daba, pero he tenido la vida de cualquier otro chaval de de Murgia, mi pueblo.... he sido profesional y he corrido contra los mejores, he sido a veces favorito incluso para hacer carreras... he vivido un sueño sin renunciar a muchas cosas. Tengo la suerte también por no haberme ido de mi casa y en la carretera tengo amigos. Claro que hay días duros... pero hay días que encuentras a tus amigos, compartes con ellos media hora, y te cambia el día. He tenido suerte".

Le hubiera gustado compartir equipo con "algún personaje de los de antes, con Tarangu (José Manuel Fuente, mítico escalador asturiano de los años 70), con un Ocaña, un Anquetil, un Coppi, personajes de de otra época". Compartiría tándem con Abraham Olano, y no lo haría "con algún sprinter, que seguro que me dejaría en las cuestas, me dejaría toda la responsabilidad".