Viaje al interior de la cueva de la cantera de Nanclares que conecta con el acuífero de Subijana: "Es grave y debería estudiarse"
En la Cadena SER hemos charlado con espeleólogos que han explorado las cavidades que quedaron al descubierto por las voladuras de la cantera y mostramos imágenes del interior
Vitoria-Gasteiz
La historia de la cueva abierta por la cantera de Nanclares que conecta con el acuífero de Subijana es una historia de espeleólogos. Fue un espeleólogo que paseaba por el entorno de la cantera el primero en percatarse en 2016 de que las voladuras en la actual base de la cantera habían destruido unas cavidades que conectaban con el acuífero de Subijana. La rotura de esos conductos abrieron una cueva que exploró ese y otros espeleólogos y sobre lo que informaron al Gobierno vasco: la rotura de esas cavidades conectaban directamente la base de la cantera con el acuífero de Subijana. Su aviso no tuvo respuesta. URA reclamó en 2018 medidas para arreglar el problema y evitar las inundaciones que se producían cuando subía el nivel freático del acuífero en episodios de lluvias intensas. En un vídeo publicado por la Cadena Ser se puede ver como sale agua por las cavidades rotas este pasado mes de febrero.
Los agujeros han seguido abiertos durante todos estos años y espeleólogos de Álava han seguido entrando. La Cadena Ser ha hablado con un grupo espeleológico alavés llamado Zarama Espeleo Taldea que el pasado año 2023 exploró las cavidades y, como en el caso de los pioneros que descubrieron la conexión con el acuífero, han comunicado sus hallazgos a la administración, en este caso a la Agencia Vasca del Agua, URA, y la Diputación Foral de Álava. Zarama es un grupo que promueve el conocimiento de la espeleología y fomenta "el estudio espeleológico del karst, su protección y conservación, de las cuevas y de sus contenidos naturales".
En el siguiente audio se puede escuchar una entrevista mantenida con Jorge y Félix, miembros de este colectivo, en el que hablan de esos hallazgos y alertan del punto de vulnerabilidad y riesgo que se ha abierto en el acuífero de Subijana con la rotura de esas cavidades.
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Lo primero que hay que entender es que la cantera está construida sobre una zona karstificada en la que está uno de los acuíferos más importantes del País vasco, de hecho, es la reserva estratégica de agua subterránea más importante de Euskadi. Dicho esto en la base de la cantera —como se puede observar en la siguiente imagen publicada por la Cadena Ser esta semana— hay tres agujeros por los que se puede penetrar bajo la montaña y que dan acceso a dos cavidades con recorridos diferentes.
A una de ellas, en la que se han adentrado cerca de un kilómetro, se le ha puesto el nombre de cueva de Monte Arriba, topónimo próximo a la cantera. La otra cavidad ha sido explorada en unos 800 metros. En total casi dos kilómetros que han sido topografiados. Este grupo espeleológico cree que todo apunta a que, antes de que esa zona fuera reventada por las voladuras, esas dos trayectorias formaban parte de una misma cavidad. "Atendiendo a la planta y el perfil de ambas, todo sugiere que en origen formaban parte de una misma cavidad".
Uno de los conductos se dirige hacia el noroeste a través de dos ramales y el otro hacia el sureste. Este sistema de conductos se despliega en la dirección del flujo subterráneo de la zona. Es decir, según los espeleólogos la cantera rompió unos conductos que, en época de aguas altas, mueven el agua del acuífero desde la sierra hasta las surgencias (fuentes) de Nanclares. Un acuífero kárstico está compuesto de conductos que conducen y almacenan agua, una parte de esos conductos están llenos de forma permanente y otros se llenan en momentos de aguas altas y la cantera ha roto unos conductos de esa parte alta que se llena de agua en época de lluvias intensas, argumentan desde Zarama. De ahí que parte del agua en vez de seguir su recorrido natural, termine saliendo en la cantera.
Los conductos por los que caminan los espeleólogos se inundan en episodios de aguas altas —ejercen de aliviaderos naturales—cuando el nivel freático del acuífero sube y, en este caso, el agua termina saliendo por las cavidades que han quedado al descubierto en la base de la cantera. Es como si se hubieran roto unas tuberías y se hubieran dejado abiertas sin sellar. Si esas cavidades no se hubieran roto, el agua que termina inundando la cantera seguiría circulando por estos conductos internos y una parte de ella terminaría saliendo por sus fuentes naturales en Nanclares, explican los espeleólogos. Cuando el nivel freático baja, esa agua que había salido al exterior en la cantera, vuelve a drenarse hacia el acuífero en dirección a las surgencias del Torco (a menos de 600 metros de uno de los sifones localizados por los espeleólogos) y a las surgencias de Nanclares.
"Esa zona en la que permanece agua permanentemente está expuesta por la cantera a cualquier tipo de contaminación y de forma natural no estaría expuesta. Puede darse un problema de contaminación muy grave", señala Félix. "Parece que el tema se ha obviado y habría que estudiarlo", señala Jorge. "Es grave", dicen.
"La exploración de las dos cavidades termina en sendos sifones", señalan los espeleólogos. Los sifones son los accesos ya con agua a todas las masas de agua que hay en la parte inferior de los conductos por los que caminan los espeleólogos. En la siguiente foto se observa uno.
"El dispositivo kárstico debe desplegarse más allá de la zona explorada, en condiciones parcial o totalmente inundadas. Todo sugiere que se trata de parte del sistema de conducción del agua subterránea que se infiltra en la sierra y se dirige hacia las surgencias de Nanclares. Los conductos están inactivos en época de estiaje, pero se ponen en marcha en aguas altas, observándose en todos ellos huellas de inundación y arcillas de decantación en las zonas que quedan inundadas durante ciertos periodos del año", explican en un informe que han elaborado.
"Las circunstancias descritas implican que la cantera se convierte en una zona de especial vulnerabilidad del acuífero", concluyen los espeleólogos.
Zarama Espeleo Taldea ha llegado a la conclusión de que la cantera "ha desmantelado parcialmente varios conductos kársticos", lo que ha permitido la exploración de un entorno espeleológico de unos 1.800 m de galerías. "En conjunto uno de los dispositivos espeleológicos más importantes de la Sierra de Badaia", señalan. Esto ha permitido acceder a una zona desconocida hasta ahora del drenaje kárstico natural de la Sierra de Badaia, en las inmediaciones de los puntos de descarga de el Torco (situada a menos de 600 m) y las surgencias de Nanclares de la Oca.
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Iker Armentia
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