'Chillida y las artes', el escultor vasco en diálogo con otros artistas y disciplinas en la nueva exposición del Museo San Telmo
La muestra incluye obras procedentes de más de 30 colecciones y que pertenecen a diferentes disciplinas como la escultura, fotografía, pintura, danza, cine o moda.
María Bolaños, comisaria de la exposición 'Chillida y las artes', cuenta qué preocupaciones empezaron a tener los grandes artistas a partir del año 1950
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San Sebastián
El Museo San Telmo de San Sebastián se ha sumado a las celebraciones del centenario del nacimiento de Eduardo Chillida con una exposición en la que la obra de sus primeras dos décadas comparte espacio con la de reconocidos artistas internacionales de su época en un diálogo coherente de "paralelismos y contrastes".
Giacometti, Richier, Arp, Henry Moore, Jacobsen, Anthony Caro y Julio González son algunos de los nombres de 'Una conversación: Chillida y las artes. 1950-1970', que se podrá visitar desde este sábado hasta el 29 de septiembre y que hace un viaje por la creación posterior a la II Guerra Mundial en el que también tienen cabida la pintura, la fotografía, el cine y la música, de Motherwell y Manolo Millares a Cartier-Bresson, Ozu y Pierre Boulez.
Son en total 116 obras las repartidas por las salas de San Telmo en esta exposición que han presentado hoy el alcalde donostiarra, Eneko Goia, la directora del museo, Susana Soto y la comisaria María Bolaños, profesora de Historia del Arte y directora del Museo Nacional de Escultura desde 2008 hasta 2021.
Diálogo de ideas y prácticas
Fue hace dos años cuando los responsables del museo de San Sebastián encomendaron la preparación de la muestra a María Bolaños, quien optó por no constreñirse a un monográfico sobre el artista ni a una sola disciplina. Abrió la mirada "a un diálogo de ideas y prácticas que se daban en su tiempo en todas las bellas artes", ha informado Soto.
El porqué del periodo elegido lo ha explicado la propia comisaria. Son décadas en las que "se rearma la trama de la modernidad en un mundo surgido del desastre de la II Guerra Mundial", años en los que la escultura comienza a cobrar una importancia que no había tenido en la época de las vanguardias en la que estuvo "relativamente olvidada".
Fueron cuatro lustros "cargados de aventuras experimentales" en los que Chillida "construyó su personal visión del arte". El tiempo de la posguerra, en el que había entre los creadores "un punto de amargura" y un interés "por la materia misma, por arrinconar la belleza y la preocupación formal".
"Las galerías comenzaron a llenarse de materiales nunca vistos anteriormente. Se defendía también la tosquedad", ha relatado Bolaños.
Entraron en los museos piezas como las de Joseph Beuys, del que se exhibe una escultura de 1962 construida sobre una vieja caja de madera en la que reposan varios cantos rodados y una batería eléctrica sulfatada.
Al comienzo del recorrido por la muestra, dividida en siete "ámbitos" temáticos, se encuentra una fotografía de Sigfrido Koch de 1937 titulada 'Bombas alemanas. Álbum de la guerra'. A partir de ahí el visitante puede contemplar una ecléctica representación del arte creado a lo largo de veinte años en Europa y fuera de Europa, con esculturas dominando los espacios centrales.
Diversa procedencia
San Telmo presenta sendas piezas de Picasso y Miró en su "mejor vocación escultórica". De Chillida hay dieciséis obras, como una temprana sanguina de 1948, un relieve de acero de 1968 y el 'Estudio homenaje a Kandinsky' en alabastro de 1965.
Un pequeño fragmento de los 'Cuentos de Tokio' de Ozu y otro de del largometraje 'Noche en la ciudad' de Jules Dassin son asimismo propuestas de la exposición, al igual que un 'tocado de terciopelo negro con pétalos plegados' de Cristóbal Balenciaga y una partitura autógrafa del "Pli selon pli" del compositor francés Pierre Boulez.
La procedencia de las piezas expuestas es muy diversa. Chillida Leku, el Museo de Arte Reina Sofía, el Museo de Arte Contemporáneo de Burdeos, adscrito al Centro Pompidou, las fundaciones Calouste Gulbekian de Lisboa, Juan March, la Caixa, Más Miró y el Instituto Valenciano de Arte Moderno son algunas de esas entidades.
Todas las obras conforman "una" conversación porque, como ha recalcado la comisaria, lo que San Telmo exhibe no es "la" conversación de Chillida con sus contemporáneos, sino "una entre muchas posibilidades de diálogo, una vía más de diálogo y confrontación".