"Un bretzel, por favor": Markinez y los precios en Alemania
Iñigo Markinez nos remite cartas desde la Euro 2024 en las que se compromete a no hablar de fútbol. Desde Leipzig, sede del centro de prensa del Campeonato de Europa, el balón deja de ser protagonista
Markinez y los precios en la Eurocopa
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Un capuchino en el hotel cuesta 3 euros y medio. Hace unos días, en una terraza de Leipzig, algunos compañeros se quejaban de que les cobraban 6 euros y 10 céntimos por la cerveza. ¿Pero qué quieren? Era una pinta de litro. Yo en Paris las he pagado a 14 euros.
Recuerdo que, en Bilbao, con motivo de aquel campeonato de rugby que se disputó en San Mamés, en un bar de Indautxu me pidieron 9 euros por una cerveza. 27 por tres birras. Por su puesto, le dije que no le pensaba pagar, a lo que me respondió que iba a llamar a la Policía Municipal. Mi contestación fue que podía llamar a la “munipa”, a la Ertzaina, a los Geos o al Ejército. Al final me cobro 9 euros, pero por las tres. A tres euros la cerveza. Claro, aprovechaban el rugby para sablear a los guiris. Y, por lo que parece, a los no tan guiris. Unos jetas.
Ayer mismo, en el supermercado al lado del Centro de Prensa me cobraron 4 euros por una buena ensalada. La gasolina está como en Euskadi. Eso sí, comer en el Centro de Prensa es más caro. El otro día, una rodaja de salmón acompañada una mini ensalada y una bebida: 21 euros. No es exageradamente caro. El problema es que no tienen ni idea de hacer el pescado. Más que una tajada de salmón parecía que estaba comienzo una zapatilla.