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La emoción de la paratriatleta Rakel Mateo al recordar la ceremonia inaugural de Río de Janeiro: "Entré por el túnel de Maracaná recordando mi accidente, a mi familia... ¡Lloré de emoción!"

La paratriatleta de Mungia busca la clasificación para los que serían sus terceros Juegos Paralímpicos, los de París

"Entré por el túnel de Maracaná recordando mi accidente, a mi familia... ¡Lloré de emoción!"

"Entré por el túnel de Maracaná recordando mi accidente, a mi familia... ¡Lloré de emoción!"

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Bilbao

El paratriatlón es una de las modalidades más recientes en el programa paralímpico. Debutó en Río 2016 y lo hizo en la distancia sprint, que es la mitad de la olímpica: 750 metros de natación, 20 kilómetros de bicicleta y, por último, 5 kilómetros de carrera. En función de la discapacidad, hay dos categorías: discapacidad funcional y visual. Estos últimos atletas van acompañados por un guía durante toda la prueba y utilizan un tándem en el sector intermedio, el de ciclismo.

En la discapacidad funcional se establecen dos grupos, los que van de pie y los que emplean sillas de ruedas. Estos últimos emplean bicicletas que se impulsan con los brazos para el segmento de bici y sillas de ruedas especiales para carreras en la tercera parte. Mientras, los que compiten de pie pueden utilizar prótesis en las piernas o modificar, adaptar las bicicletas de acuerdo a su discapacidad.

Doble diploma paralímpico

Este último es el caso de Rakel Mateo, paratriatleta de Mungia que está en la recta final de la clasificación para los que serían sus terceros juegos. En Río 2016 fue octava, obtuvo diploma; en Tokio repitió, logró la séptima posición. Ahora, cuando restan apenas dos semanas para que se cierre el ranking de París, está inmersa en la recuperación de una caída que tuvo a comienzos de mes.

Si finalmente puede estar en París, habrá vivido tres ciclos completamente diferentes. A este llegará con menos preparación de la que le habría gustado, pues ha estado semanas sin poder colocarse la prótesis y, por tanto, sin poder correr. Pero también entre Río y Tokio hubo grandes cambios. Y es que Rakel sufrió un accidente laboral con 26 años, en 2001.

La emoción de Maracaná

Eso redujo la movilidad de una de sus piernas, pero ella se acostumbró a competir, a correr con muletas. En 2021, sin embargo, tuvo que tomar la decisión de amputársela y pasó por el quirófano solo seis meses antes de los Juegos, con lo que fue un milagro que completara la prueba, pues estaba en plena rehabilitación.

Por eso la cuadratura del círculo llegaría con la consecución de París, la que le permitiría volver a vivir situaciones como la ceremonia de apertura. Ahora recuerda la de Brasil y todavía se emociona: "Directamente lloras de emoción. Es cansado y son muchas horas de espera, pero yo en Río tenía claro que no me la iba a perder. ¡Es que igual es algo que no vuelvo a vivir! Así que según entraba por el túnel de Maracaná, se me removió todo. Empecé a pensar en mi familia, mis amigos, mi enfermedad, mi accidente... Dices, ¡buah! ¡Es que es muy emocionante!", recuerda.

La villa paralímpica

Junto a las ceremonias de desfile, la villa paralímpica es el otro gran atractivo de los juegos más allá del deporte. Una villa paralímpica que es diferente de la olímpica y que Rakel sostiene que todo el mundo debería visitar una vez en su vida. ¿Por qué? Para conocer un poco más el mundo de las discapacidades: "En Río había un puesto de gafas virtuales con una recreación de una montaña rusa. Yo fui con mi hermano y me encontré allí a dos deportistas que eran exmilitares de guerra. Sus países habían estado en guerra. Ellos habían sufrido amputaciones por bombas, por disparos. Yo pensaba: 'Se han estado matando y ahora están aquí pasándoselo bien. Así debería ser el mundo real'".

Todo lo que rodea a unos JJPP volverá este próximo septiembre. El paratriatlón en París será los días 1 y 2 de septiembre. El punto de salida será un pontón flotante situado en la base del puente Alejandro III, donde se construirá una grada con capacidad para 1.000 espectadores que podrán ver la salida y la llegada de las pruebas. Después de nadar 750 metros en el Sena, los paratriatletas correrán frente a monumentos como el Grand Palais, el Petit Palais o la Asamblea Nacional de Francia en las fases de ciclismo y carrera a pie.

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