La Ventana Euskadi
Sociedad

Historias de jóvenes migrantes en Bilbao: Ahmed y Mouad, desde Marruecos hasta su éxito profesional

Llegaron a Bilbao siendo menores desde Marruecos y ahora ambos trabajan y aportan a la sociedad vasca

"Me echaron una mano y ahora lo estoy devolviendo. No soy un marrón"

Bilbao

Con el debate abierto en torno a los menores migrantes que se agolpan en Canarias y el reparto de estos jóvenes y niños entre las comunidades autónomas, en nuestra 'La ventana Euskadi' hemos querido hablar con dos de ellos. Ahmed y Mouad, que cruzaron solos desde Marruecos siendo menores y que ahora viven y trabajan en Bilbao a punto de acabar su proceso migratorio.

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Asistiendo a las noticias sobre el reparto de menores migrantes de Canarias, Mouad lo tiene claro, "No son un marrón. Esto da sus frutos. Cuando alguien llega sin nada, como yo, ahora estoy trabajando para España. Mi sueldo y mi seguridad social lo estoy pagando ahora. Ellos me dieron una mano y ahora los estoy devolviendo.(...) Lo necesitan."

Crucé en los bajos de un camión

Ambos nos cuentan historias parecidas, los dos procedentes de Tetuán, lo que implica que no necesitaron papeles para pasar a Ceuta aunque allí es donde se forma el tapón, la odisea de intentar cruzar a la península. Ahmed llegó a Ceuta con 14 años junto a su hermana, les separaron y él tuvo que estar dos años en el centro de menores de Ceuta antes de que le diesen los papeles que le permitieron viajar a Bilbao para juntarse con sus hermanos.

Mouad llegó también a Ceuta desde Tetuán con tan sólo 14 años, pero allí se pasó más de 20 días esperando en el puerto una oportunidad para cruzar el estrecho. Finalmente lo consiguió oculto bajo las ruedas de un camión. Sólo podía pensar en cruzar, no en los riesgos.

En Bilbao hay trabajo

Ambos llegan a Bilbao buscando una oportunidad para salir adelante. Ahmed tenía ya en la capital de Bizkaia a sus hermanos, pero Mouad eligió Bilbao porque le habían dicho que aquí había trabajo. Intentó encontrar trabajo desde el principio, en lo que le ayudaron desde Berriztu, una asociación que, además de en otros campos, trabaja también con jóvenes migrantes. Su director, Luis Miguel Uruñuela, les ha acompañado en el proceso y también en esta entrevista.

Sobre las ayudas recibidas Ahmed precisa, las recibió mientras estudiaba el grado de FP que le convirtió en carnicero, la profesión con la que ahora se gana la vida. Por su parte, Mouad trabaja en un supermercado de Berriztu. Los dos están a punto de acabar con éxito su proceso migratorio, aunque eso nos les libra del mismo mal que sufren todos los jóvenes vascos: la dificultad de encontrar un vivienda.