Cristina Castillo, cooperante de Cruz Roja: "La situación de los cooperantes ha ido agravándose. Antes la violencia ejercida hacia nosotros era menor"

San Sebastián

"Un profesional que trabaja en un país en vías de desarrollo, tanto en el ámbito del progreso como de la ayuda humanitaria, al servicio de una entidad promotora de la cooperación internacional". Así define al cooperante la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que no debemos confundir con un voluntario, quien desarrolla su labor sin ánimo de lucro y sin contrato. El objetivo de ambos es mejorar la vida y las condiciones, en la medida de lo posible, de aquellos que están sufriendo la guerra o una catástrofe climática.

En Hoy por Hoy Gipuzkoa, con la excusa de la celebración del Día Internacional del Cooperante, hemos tenido a Cristina Castillo, socióloga de profesión, pero que ha estado cooperando con Cruz Roja en más de 18 países durante 25 años. Con un comienzo de carrera muy complicado, ya que su primer contacto con el gremio fue en la Guerra de los Balcanes, aquello le hizo reafirmarse en la razón por la que se hizo cooperante y asegura que, todo lo vivido le ha convertido en mejor persona y le ha ayudado a "relativizar todos los problemas a los que nos podemos enfrentar en en una posición como la nuestra".

Castillo también ha querido apuntar la grave situación de los cooperantes hoy en día, ya que, hace años, asegura, "la violencia contra nosotros era menor". Y es que esa es una de las reivindicaciones centrales del próximo domingo, la mejora de las condiciones de trabajo de una figura vital en el ámbito internacional y esencial para el desarrollo de un mundo más justo e igualitario.