El baloncesto bizkaino homenajeó a la medallista olímpica Gracia Alonso de Armiño
Recibió el cariño de la afición de Miribilla en los prolegómenos del debut liguero del Bilbao Basket
Bilbao
La medallista de plata en los Juegos Olímpicos de París Gracia Alonso de Armiño fue homenajeada por la gente del baloncesto en Miribilla. Ocurrió antes de arrancar el primer partido de la temporada regular para los hombres de negro. La jugadora, que destacó en los Juegos por aquella canasta de espaldas que metió al equipo español en la final de baloncesto 3x3, recibió el cariño del pabellón bilbaíno.
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“Me siento muy orgullosa de poder representar a esta ciudad. Este recibimiento tan caluroso es un placer poder recibirlo por parte de los tuyos y de tu ciudad” apuntó la jugadora. Gracia nació en Bilbao en 1992, y ya desde muy pequeña mostró su pasión por el deporte de la canasta. A los seis años comenzó a jugar en el equipo de Berrio Otxoa. En las categorías infantil y cadete fue una asidua en las distintas selecciones bizkainas y vascas. A los 16 años firmó por el Ibaizabal, equipo con el que llegó a jugar en la Liga Femenina 2 de baloncesto.
Un año después se trasladó a Estados Unidos para realizar el bachillerato en la universidad de Tenesse, donde jugó con el West High School de Knoxville, conjunto que llegó a ser campeón de Distrito y de la Región. En el 2011 compitió en la NCAA con su universidad, en la que permaneció cuatro años hasta finalizar sus estudios de enfermería.
El mejor verano de mi vida
Antes de regresar a Euskadi y competir en el Gernika, jugó un año en la Liga sueca. Tras su paso por el conjunto foral firmó por el Canoe y por el Estudiantes. En 2020 fue seleccionada por España para competir en la modalidad 3x3, donde le llegó el éxito olímpico este pasado verano en París al conseguir la medalla de plata y exhibirse con una canasta de espaldas al aro que metió a España en la final.
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“Ha sido el mejor verano de mi vida. Ha sido muy bonito el periplo que estoy haciendo con el 3x3. Me quedaría con las experiencias y con el trabajo que hicimos, pero, obviamente, se me viene a la cabeza el tiro de espaldas. Fue una pasada. Cada vez que lo veo se me eriza la piel y me remonta a un momento muy especial de mi carrera. Fue un regalo que me ha hecho el baloncesto” sentenció la jugadora.