De la Ley Bosman al caso Diarra: así cambiará la normativa de la FIFA sobre traspasos
Expertos en derecho deportivo debaten sobre la regulación del mundo del fútbol dentro de las XV Jornadas Nacionales de Defensa de la Competencia
Mesa redonda dedicada al impacto del derecho de la competencia en el ámbito deportivo
Bilbao
Euskalduna Bilbao acoge durante estos días las XV Jornadas Nacionales de Defensa de la Competencia, organizadas por la Autoridad Vasca en colaboración con la CNMC. Entre las diferentes mesas redondas, que reúnen a expertos del sector para debatir sobre diversas cuestiones, este jueves se ha celebrado una dedicada íntegramente al derecho deportivo. En concreto, su planteamiento ha sido el del cambio de paradigma que este puede vivir a raíz de las recientes decisiones del TJUE.
En la misma han participado Clifford Hendel, abogado referente en arbitraje internacional y en el arbitraje deportivo; María José López, directora legal de LaLiga, y Alberto Palomar, jurista especializado en derecho deportivo y administrativo. Hendel ha abierto la sesión haciendo un somero repaso a los principales casos que han ido sentando jurisprudencia a nivel europeo durante los últimos cincuenta años en todo lo que tiene que ver con el deporte y, especialmente, con el fútbol.
Medio siglo de litigios
Sin duda, el juicio con mayor repercusión, tanto a nivel legal como mediático, fue el de Jean-Marc Bosman. El futbolista fue a los tribunales después de que, habiendo terminado contrato con su club, este pidiera al nuevo equipo que quería ficharle una cantidad en concepto de traspaso. Su caso dio origen a la conocida como Ley Bosman, que declaraba a los jugadores como agentes libres una vez que hubieran finalizado sus contratos e ilegales las indemnizaciones por traspaso.
"El tribunal belga que llevaba el caso hace referencia al Tribunal Europeo de Justicia y tumban la normativa y las prácticas que regían el mundo del fútbol en ese momento, dando lugar a un cambio completo de la normativa de los contratos y los traspasos, pactado con la Comisión, y dejando claro que los tribunales, a partir de entonces, iban a aplicar las normas del derecho de la competencia de manera más firme", ha explicado Hendel.
Diarra, ¿el 'caso Bosman' del siglo XXI?
Más recientemente ha habido otro caso que también apunta a sentar un precedente en la normativa que rige el fútbol profesional. Es el del jugador francés Lassana Diarra, al que el pasado 4 de octubre la justicia dio la razón en su demanda. Diarra fue multado en su día con diez millones de euros por abandonar la disciplina del Lokomotiv de Moscú y fichar por el Charleroi. Por, según las instancias deportivas, incumplir su contrato.
Y es que fue la FIFA la que se negó a firmar el traspaso, impidiendo que el jugador fuera registrado por la federación belga. Para Hendel, este tipo de normativas deportivas son "reliquias de una concepción de especificidad del ámbito deportivo" que seguramente "caerán" o "tendrán que ser modificados".
Adecuarse al derecho
Según Alberto Palomar, el derecho deportivo debe estar sometido, como ocurre en el resto de ámbitos, al derecho público. Sin embargo, la realidad actual es la opuesta: "La FIFA siempre ha hecho reglamentos que estaban por encima del derecho de cualquier país. Es el caso de sus estatutos", ha explicado.
Esto no representaba un problema cuando únicamente regulaba aspectos internos y generales de sus competiciones, pero sí cuando se empezó a crear una especie de normativa mundial. "Hay normas de derecho internacional público que tienen como excepción a la FIFA", ha denunciado Palomar.
Acuerdo multilateral
La clave está en que el órgano rector del fútbol "funciona con la amenaza de la expulsión" de sus competiciones, ha explicado. "El único precedente de algo así es la Iglesia", ha añadido. La solución, a su juicio, debe ser multilateral, esto es, que los países se agrupen para oponerse a las decisiones arbitrarias de la misma.
El caso Diarra es un claro exponente, según el jurista: "La sentencia dice que los reglamentos de la FIFA son acuerdos privados, de empresa, y que solo afectan a aspectos generales de la competición y los contratos". No deberían alcanzar, por tanto, otras variables del universo futbolístico como los agentes de los jugadores o las transferencias entre clubes.
