El anonimato en Internet: ¿aliado o enemigo en la lucha contra la desinformación?

Bilbao

En la última entrega de ¿Te lo has creído? en Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia, el debate ha girado en torno a una cuestión fundamental: ¿Acabar con el anonimato en Internet reduciría la desinformación y los bulos? Lorena Fernández, directora de Comunicación Digital de la Universidad de Deusto, ha ofrecido una visión experta sobre este tema complejo y sus múltiples implicaciones en el contexto digital actual.

El anonimato: un escudo protector y un posible facilitador de desinformación

Lorena Fernández ha abierto el debate destacando que el anonimato tiene ventajas y desventajas evidentes. "Acabar con el anonimato ayudaría a identificar y responsabilizar a quienes generan y difunden contenido falso o dañino", explica. Sin embargo, señala que eliminar esta capa de privacidad podría tener consecuencias negativas, especialmente en contextos donde el anonimato protege a personas vulnerables. "Periodistas, activistas o ciudadanos en regímenes represivos dependen del anonimato para alzar la voz sin riesgo", añade Fernández

La experta también subraya que la desinformación no siempre proviene de cuentas anónimas. "Muchos bulos son difundidos por figuras públicas, políticos o influencers, con nombre y apellidos", afirma, resaltando que la identificación no siempre garantiza la veracidad o la responsabilidad.

Implicaciones legales y éticas de eliminar el anonimato

El debate sobre el anonimato también plantea preguntas sobre la gestión de datos personales. Lorena Fernández explica dos posibles escenarios: "Si se elimina el anonimato, alguien tendría que gestionar los datos de identificación. Podría ser una entidad institucional, como ocurre con los DNI, pero esto suscitaría temores de control gubernamental en redes". Por otro lado, permitir que las propias plataformas gestionen estos datos también conlleva riesgos. "Las plataformas como Meta o X ya controlan grandes cantidades de datos personales. Darles aún más poder podría resultar peligroso", advierte

La experta recuerda que, incluso en el anonimato, las personas dejan una huella digital. "Las fuerzas de seguridad pueden identificar a los usuarios a través de direcciones IP o geolocalización", señala. En este contexto, la clave no es tanto eliminar el anonimato como garantizar una regulación adecuada.

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El papel de las plataformas digitales

Lorena Fernández insiste en la responsabilidad de las plataformas para combatir la desinformación. Ha citado un estudio reciente de la revista Science que concluye que "la indignación vende". Según este informe, las publicaciones falsas generan más reacciones emocionales y, por tanto, se difunden más rápidamente que las verídicas. "La indignación es un motor clave para la viralización de bulos", comenta.

La experta también menciona una práctica implementada por Twitter (ahora X) que podría servir de ejemplo: "Cuando un usuario intentaba retuitear una publicación con un enlace, la plataforma le preguntaba si había leído el contenido. Este tipo de mecanismos puede ayudar a frenar la propagación de información falsa".

La importancia de la alfabetización digital

Además de las medidas técnicas y legales, Lorena Fernández destaca la necesidad de fomentar la educación digital. "Nos enfrentamos a una sobrecarga informativa que nos lleva a actuar de manera impulsiva. Compartimos noticias sin leerlas, basándonos solo en los titulares", explica. La experta señala que las personas tienden a operar con un sistema de cognición rápida, lo que aumenta la probabilidad de difundir bulos sin cuestionar su veracidad.

Lorena Fernández insiste en que cualquier medida para regular el anonimato debe equilibrarse con la protección de derechos fundamentales como la privacidad y la libertad de expresión. "La regulación es necesaria, pero también lo es fomentar un mayor sentido de la responsabilidad individual y colectiva", concluye.

Regulación europea: un paso hacia la responsabilidad digital

En la Unión Europea, la reciente Ley de Servicios Digitales plantea nuevas obligaciones para las plataformas. "Las plataformas ya no pueden escudarse en que son meros transmisores de información. Ahora deben asumir responsabilidad sobre el contenido que publican los usuarios", explica Fernández. Esta regulación podría incluir sanciones significativas, como multas de hasta el 6% de la facturación anual para las plataformas que no cumplan con las normativas.

"Acabar con el anonimato podría tener efectos positivos"

Lorena Fernández resume el debate con una reflexión clara: "Acabar con el anonimato podría tener efectos positivos en la lucha contra la desinformación, pero cualquier medida debe equilibrarse con la protección de la privacidad y la libertad de expresión". La clave, según Fernández, está en una regulación más estricta de las plataformas, una mayor responsabilidad individual y colectiva, y un enfoque educativo sólido.

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