'Entre banquillos' con Nerea González, la única mujer de Bizkaia que entrena a un equipo de fútbol masculino
La técnica del equipo cadete B del Derio relata su experiencia en un mundo en el que ella es la única mujer
Bilbao
Esta semana nos sentamos en el banquillo de Ibaiondo, el campo donde juega el Derio. Lo hacemos junto a la entrenadora del cadete B, Nerea González. A sus 23 años, y con seis temporadas ya de experiencia dirigiendo equipos de fútbol masculino, Nerea es la única entrenadora mujer que dirige un equipo de hombres en toda Bizkaia. "En los rivales, tanto en el banquillo como en la grada, y entre los jugadores, a veces se notan diferencias. Preguntan dónde está el entrenador y alguien les dice 'no, es ella'"
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Nerea, en parte, lo entiende. Y es que "en seis temporadas en diferentes banquillos, nunca me he enfrentado a otra entrenadora. Incluso en los cuerpos técnicos, todos son chicos". Ella optó por los banquillos tras una lesión de rodilla que, con tan solo 17 años, frenó su progresión. Empezó en el Basurto, donde estuvo tres años. Luego se fue al Derio, donde ha entrenado al cadete A, al juvenil y al cadete B, su actual equipo.
Siempre en equipos masculinos
Todos los grupos que ha entrenado han sido grupos de chicos. "Como jugadora empecé en el Indautxu, en un equipo masculino donde nunca antes había habido una niña. En el banquillo quería empezar de la misma manera, entrar en una estructura masculina y, desde ahí, ir dando pasos", recuerda Nerea. En ese proceso, el de pasar de ser futbolista a convertirse en entrenadora, su aita fue quien le acompañó. "Me ayudó a darme cuenta de que no todo es ser jugadora, sino que hay otras opciones. Ahí es cuando me decanté por el banquillo".
Recuerda su primera vez en un banquillo, el de Mallona, como una tarde de muchos nervios. "Yo entrenaba al cadete del Basurto y jugamos contra el Basconia. Estaba muy nerviosa. Ellos tenían 15 años y yo, 17 o 18", relata. En la actualidad, seis años después de su debut, no se plantea cambiar al fútbol femenino: "No cierro puertas a nada, pero tanto los jugadores como yo estamos a gusto. Le damos normalidad a tener un perfil femenino en el banquillo", nos cuenta.
No esconde que ha habido algunas situaciones incómodas durante estos años, aunque "muy por encima". En general, se encuentra cómoda tanto con su equipo como con los rivales. "Tampoco es algo a lo que le dé importancia. Si los jugadores están a gusto conmigo y yo con ellos también, lo de fuera es algo a lo que no le doy importancia", asegura.
Su presencia se va normalizando
No obstante, reconoce que "durante los partidos, me pongo por aquí a dar paseos porque también es una forma de aislarme, tanto de algunos comentarios que se puedan dar en el banquillo, entre los chavales, como de la grada". El paso de las temporadas, además, ha ayudado a que se normalice poco a poco su presencia en el banquillo: "Aquí en Derio fue más natural porque, los jugadores a los que yo llevé en mi primer año aquí, los había tenido como rivales anteriormente. En el Basurto no es que viera caras, ni rechazo, pero sí se hacía un poco raro", afirma.
Otro de los espacios donde han encontrado la normalidad es el vestuario. Nerea cuenta que suele dejar ese lugar únicamente para sus jugadores antes de los partidos, pero "de repente, me di cuenta de que, cuando terminaba el partido y yo estaba felicitando a los jugadores, ellos se iban cambiando al mismo tiempo. Ellos eran los que le daban naturalidad a todo".
