Así viven el fútbol las personas en silla de ruedas: "Nos ponen a ras de campo y separados del resto por barrotes, en una jaula"
La peña Denon Athletic, que cuenta con cerca de 100 socios, recorre los campos de LaLiga y, ahora, de Europa, siguiendo a los rojiblancos
Así viven el fútbol las personas en silla de ruedas: "Nos ponen a ras de campo y separados del resto con barrotes, en una jaula"
09:24
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1734702836997/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Bilbao
La peña Denon Athletic nació en 2022. Es la primera fundada y operativa formada por personas con diversidad funcional en un equipo de LaLiga. A día de hoy, con poco más de dos años de vida, cuenta ya con 87 miembros. Todos ellos comparten un doble objetivo: animar, apoyar y seguir al Athletic, pero también fomentar la inclusión de las personas con diversidad funcional en todos los ámbitos del club, desde la grada a su organización. Es una peña muy activa, que además de no fallar nunca en San Mamés, suele organizar viajes para seguir al equipo.
"Nos gusta ir al Reale Arena, a Mendizorrotza, al Sadar, campos que están cerca de Bilbao. Cuando el Cádiz estaba en Primera División hemos ido allí, también al Sánchez Pizjuán. Y este año varios compañeros han estado en los viajes europeos, en Roma y en Estambul", relata Iñaki Llamosas, presidente de Denon Athletic.
La peña Denon Athletic denuncia las condiciones de acceso a Zorrilla para las personas con movilidad reducida: "Nos dijeron que los acompañantes se llevaran una silla plegable o tendrían que estar de pie"
07:29
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1731404739971/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Fútbol con barreras
A las barreras arquitectónicas con las que las personas con movilidad reducida se enfrentan cada día cuando van al trabajo, al supermercado o, simplemente, salen a la calle, se suman los obstáculos con los que se topan en los estadios de fútbol. Sobre todo ocurre en los campos de fútbol más antiguos, para nada adaptados a ellos. En muchas ocasiones, seguir a su equipo se convierte en toda una odisea.
Ir a estadio en silla de ruedas supone enfrentarte a un sinfín de obstáculos desde que sales de casa. Para empezar, se necesita un autobús adaptado, con rampa elevadora. Cuando viajan fuera, además, esto supone un incremento en el precio, pues este tipo de autobuses preparados para sillas de ruedas cuentan con muchas menos plazas. Una vez que llegan al campo, denuncian que muchas veces los aparcamientos se encuentran alejados de la puerta de acceso.
Los estadios antiguos
Pero lo peor muchas veces llega una vez dentro. "Tenemos problemas con las superficies que no son regulares. En Cádiz, por ejemplo, tenemos que subir varias rampas sobre un suelo de adoquines. Eso complica mucho el tránsito a las ruedas pequeñas de las sillas. En general, el terreno irregular es un problema", relata Iñaki.
Los estadios nuevos nacen ya con las medidas necesarias para facilitar el acceso a estos aficionados. Les obliga la ley y lo recomienda la UEFA. Buenos ejemplos de accesibilidad son, entre otros, San Mamés, el Metropolitano, Anoeta o el campo del Espanyol. En los más antiguos, por el contrario, se acumulan los problemas: "En Sevilla, para acceder a nuestra localidad tenemos que coger un ascensor y después un montacargas. Si un día hay un incendio y hay que evacuar, sería muy costoso", cuenta María José García, otra socia de Denon Athletic.
Los acompañantes
Por otra parte, muchos de estos aficionados precisan de la ayuda de otra persona, de un acompañante. Existen campos en los que a este acompañante se le cobra la entrada. Hay otros en los que el acompañante solo paga en función del grado de movilidad de la persona a la que va a atender. Pero en Denon Athletic denunciaron recientemente lo ocurrido en Valladolid, donde les vendieron entradas de acompañante que no tenían butaca. Les pidieron desde el club que llevaran su propia silla plegable.
En otras ocasiones el problema está en la ubicación que les conceden dentro del campo. En Estambul, por ejemplo, "nos metieron a ras de campo y en un espacio separado del resto con barras", cuenta María José. "No podíamos ni tan siquiera girarnos con la silla para ver la grada y nuestros acompañantes tampoco tenían silla, tuvieron que estar de pie", continúa.
Atléticos sin barreras
Los pioneros en España fueron los miembros del colectivo Atléticos sin barreras, un grupo de seguidores colchoneros con movilidad reducida que inició su andadura en 2011. Entonces el Atlético jugaba en el Vicente Calderón. Su situación cambió de la noche al día con el desembarco en el Metropolitano, cuenta Félix Rodríguez, miembro del grupo: "Antes era molesto ver el fútbol, estábamos a ras de césped. Y nos movían de ubicación cada poco tiempo por cuestiones de la publicidad", relata.
Además, el Atlético de Madrid cuenta con un responsable "que se encarga de nuestro colectivo". Es una figura que la UEFA recomienda que exista en todos los clubes. Estos trabajadores gestionan, en el caso del Atlético, la venta de entradas para los partidos fuera de casa a las personas con discapacidad y a sus acompañantes, a los que vende las localidades al menor precio disponible en todo el campo. También esta figura existe en Bilbao, donde gracias a la labor de los voluntarios de campo ya se ha atendido a más de 5.000 personas con movilidad reducida desde la inauguración del nuevo San Mamés en 2013.