"Vamos con ilusión, pero responsabilizados de lo que podemos lograr": Ponsarnau insiste en que la clave volverá a ser cada posesión

Bilbao Basket viaja este martes a Salónica con una mezcla de ilusión, concentración y sentido de la responsabilidad. Siete puntos de ventaja para la vuelta del miércoles, separan al equipo de Jaume Ponsarnau de levantar su primer título europeo, aunque el técnico tiene claro que los segundos 40 minutos van a exigir lo mejor de cada jugador. “Vamos con todo”, resume el entrenador.

Una renta valiosa, pero corta

El partido de ida, que terminó con un 72-65 en Miribilla, dejó sensaciones encontradas. “Podríamos haber ganado por más, pero también pudimos haber salido perdiendo. Así que valoramos esa renta como algo positivo”, explica Ponsarnau, que subraya la capacidad de adaptación del equipo pese a las adversidades sufridas, como la lesión de uno de sus jugadores clave en la rotación, el francés Cazalon.

Un rival imprevisible

El técnico reconoce que el Paok de Salónica es un rival difícil de descifrar. “Es un equipo muy complejo, cambian mucho en defensa y también son impredecibles en ataque. Sus pívots juegan como exteriores, todos tiran de tres y tienen mucha presencia en el rebote ofensivo. Exige una concentración máxima durante todo el partido”, apunta.

Esa dificultad, sin embargo, es también un aliciente para Ponsarnau, que valora la capacidad de su plantilla para adaptarse a contextos nuevos. “No nos habíamos encontrado en toda la temporada con un rival así. En defensa supimos responder, ahora nos falta mejorar en ataque, sobre todo en lectura y ritmo”, señala.

Ritmo, la clave del partido

El ritmo de juego es precisamente una de las obsesiones del técnico. En el partido de ida, los griegos consiguieron cortar la fluidez ofensiva del Bilbao Basket a base de interrupciones y faltas. “Ellos pararon nuestro ritmo. El objetivo ahora es mover más rápido el balón, evitar el bote estéril y encontrar un flujo ofensivo más continuo. Eso tiene que ser clave en Grecia”, remarcó.

Preparados para el infierno griego

En cuanto al ambiente que espera en Salónica, Ponsarnau se muestra preparado. “Va a ser un contexto exigente, seguro. Ellos respetaron el ambiente de Miribilla, y nosotros respetamos lo que nos encontraremos allí. Jugar con presión es parte del juego, pero también es motivador”, afirmó. Incluso bromeó con las posibles interrupciones al inicio del partido: “Si hay globos o papeles, ya sabéis… será como un tiempo muerto más largo”.

Todos forman parte del sueño

Toda la plantilla viajará, incluidos los tocados, porque como dice el técnico, “todos han sido parte de este camino y todos merecen estar allí”. Ponsarnau insiste en que el equipo debe mantener la calma, pensar en cada posesión como una final y mantenerse unido. “La palabra clave es equipo. Cada posesión es una oportunidad para hacer algo grande juntos”.

Con la ciudad pendiente, el club ante su gran oportunidad y los jugadores preparados para la batalla, el Bilbao Basket se enfrenta a una noche que puede marcar época. “Estamos ilusionados, pero también responsabilizados. Vamos a intentarlo con todo lo que tenemos”, concluye Ponsarnau, consciente de que las cosquillas del momento son el motor que mueve al deporte de élite.