Descubre el Valle de los Colores en Jaizkibel una ruta espectacular por Labetxu con paisajes únicos y consejos expertos
El creador de contenido Iñaki Ibaibarriaga, detrás del perfil Guk Green, nos guía por Labetxu, un paraíso natural entre Pasajes y Hondarribia ideal para senderistas, fotógrafos y amantes de la naturaleza.

Descubre el Valle de los Colores en Jaizkibel una ruta espectacular por Labetxu con paisajes únicos y consejos expertos
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
San Sebastián
A tan solo 40 minutos de Donostia, se esconde uno de los rincones más sorprendentes del País Vasco: Labetxu, conocido como el Valle de los Colores del monte Jaizkibel. Este enclave natural deslumbra por sus vibrantes tonalidades rojizas, ocres y doradas, sus formaciones rocosas únicas y un entorno que parece sacado de una película.
Para conocer mejor este paraíso natural, hablamos con Iñaki Ibaibarriaga, creador de contenido y voz detrás del proyecto Guk Green, quien nos propone una ruta de senderismo ideal para descubrir este paisaje mágico.
“La ruta recomendada comienza en el antiguo parador de Jaizkibel, en el kilómetro 10,2 de la carretera GI-3440. Desde allí se inicia un sendero circular de 9,5 km con un desnivel de 650 metros. Aunque es de dificultad media, es perfectamente asumible si se prepara bien”, explica Iñaki.
El recorrido, que bordea la costa entre Pasajes y Hondarribia, atraviesa diferentes tipos de terreno: pistas amplias, senderos estrechos, zonas con vegetación densa y tramos rocosos. Por ello, se recomienda llevar calzado adecuado, ropa larga para evitar arañazos, una gorra, agua, algo de comida y una batería externa para el móvil.
La cobertura en la zona es limitada, por lo que Iñaki recomienda usar aplicaciones como Wikiloc y guardar previamente el punto de inicio en Google Maps. “La seguridad es clave, no queremos ir de héroes. Hay que ir con cabeza para disfrutar del entorno”, añade.
Labetxu no solo es un paraíso para los senderistas, sino también para los fotógrafos. Entre sus formaciones más famosas están La Catedral, la Roca de la Ballena y el Gran Canto, cada una con formas impresionantes que parecen esculpidas por el tiempo. “Es como un museo al aire libre. Hay piedras que parecen huevos y colores que recuerdan al Gran Cañón. Por eso es importante respetarlo”, insiste Iñaki.
Las mejores épocas para visitar Labetxu son la primavera y el otoño, cuando el clima es más suave y el paisaje luce su mejor cara sin aglomeraciones. En invierno, el terreno puede volverse resbaladizo por las lluvias, y en verano, el calor y la vegetación densa dificultan la ruta.
¿Y después de la ruta? “Nada mejor que acercarse a Hondarribia para disfrutar de su gastronomía”, recomienda Iñaki. Lugares como el restaurante Gran Sol con sus pinchos creativos, La Hermandad de Pescadores con su aire marinero, o los chiringuitos junto al faro de Iger para una cerveza con vistas, son el broche de oro para una jornada inolvidable.
Labetxu es mucho más que una excursión: es una experiencia para todos los sentidos. Respétala, disfrútala y, como dice Iñaki, “sal de casa, apaga la tele y redescubre el País Vasco con ojos de niño”.