El argentino que fingió ser runner para poder visitar Corea del Norte: "Me apunté sin entrenar porque era una oportunidad única"
Hablamos con Ramiro Cristófaro, que en abril pudo cruzar la frontera de Corea del Norte tras cinco años de cierre total con la excusa de disputar el Maratón de Pyongyang

El argentino que fingió ser runner para poder visitar Corea del Norte: "Me apunté sin entrenar porque era una oportunidad única"
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Bilbao
El pasado seis de abril, Corea del Norte celebró la trigésimo primera edición de la Maratón de Pyongyang. Fue la primera vez en cinco años, desde que el país cerró completamente sus fronteras a raíz de la pandemia del Covid 19, que un grupo de atletas extranjeros pudo correr por las calles de la capital norcoreana. El régimen dio la oportunidad, a través de la agencia británica con sede en Pekín Koryo Tours, a que corredores de otros países atravesaran unas fronteras habitualmente cerradas.
Entre quienes no quisieron perderse la cita se encuentra Ramiro Cristófaro, un argentino apasionado de los viajes que, tras visitar Corea del Norte, solo tiene pendientes Sudán y Venezuela para completar el reto de haber pisado todos los países del mundo al menos una vez. "La única forma de entrar era participando en esta maratón, que ni siquiera es algo ligado al turismo, sino que debes entrar de la mano de la Asociación de Atletas Amateurs. Así que, siendo la única oportunidad de entrar, me apunté", nos cuenta.
Ramiro no tiene experiencia previa en carreras populares. Habitualmente juega a fútbol, está en forma, por lo que no dudó en lanzarse a la aventura. Se inscribió, eso sí, en la distancia más corta, la de cinco kilómetros. Y viajó a Corea del Norte sin tan siquiera haber entrenado. "Era mi primera vez. El día anterior nos llevaron en autobuses para enseñarnos el recorrido de la prueba. Claro, siendo una ciudad que no conoces, en la que no entiendes la señalización y siendo como es el régimen de Corea del Norte, no quieres correr riesgos", confiesa.
Sin embargo, una vez llegó el día de la carrera, Ramiro se llevó una sorpresa. Aunque durante su estancia en el país siempre estuvo acompañado de un grupo de representantes públicos del régimen que, digamos, fiscalizaba su actitud, en la prueba pudo hacer fotografías y grabar vídeos sin ningún tipo de restricción.
50.000 personas aplaudiéndoles
Una de las imágenes más llamativas es, sin duda, la que Ramiro y el resto de corredores vivieron al llegar al estadio de Pyongyang, en el que les esperaba para aclamarles una multitud de más de 50.000 ciudadanos norcoreanos. "Nunca sabes si están ahí obligados, pero los guías locales nos decían que, en una ciudad donde nunca pasa nada, para ellos era un gran acontecimiento que no se querían perder", relata.
¿Se puede circular libremente por sus calles? ¿Hay alguna opción de hablar con norcoreanos sin vigilancia? ¿Cómo viven el deporte en la capital del país más hermético del mundo? ¿Cómo es vivir sin internet? Ramiro nos lo cuenta en el episodio de esta semana.

Verónica Gómez
Periodista de la SER desde 2009, cuando comencé mis prácticas en Radio Pamplona. Tras pasar por las...




