"La primera tamborrada, hace 50 años, se acogió con una ilusión bárbara, porque había muchas ganas de fiesta"
Recordamos sus inicios y anécdotas con algunos de sus impulsores en la sociedad Ametza y cómo ha ido cambiando la tradición

50 años de la primera tamborrada de la mano de la Sociedad gastronómica Ametza
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Vitoria-Gasteiz
Estamos a las puertas de una de las celebraciones más especiales y celebradas por alaveses y alavesas como es honrar al patrón de Álava, San Prudencio, en las campas de Armentia, pero como lleva pasando desde hace 50 años la fiesta no se va a quedar ahí. Los tambores volverán a atronar en la noche previa para llenar las calles de fiesta y seguir conmemorando esta fecha tan marcada, porque la fiesta debe continuar.
Con esta premisa nació, hace ya 50 años, el 27 de abril de 1975 la que hoy conocemos como la tamborrada. Los impulsores, la sociedad Ametza a la que, con el paso de los años, se fueron uniendo el resto de sociedades gastronómicas, en una liturgia que ya se ha convertido en indispensable. Fernando Mendiguren y José Mari Uriarte, dos de sus impulsores recuerdan como "esto nace porque después de cenar no había nada que hacer, faltaba algo, y fijándonos en lo que se hacía en Donosti decidimos hacer algo parecido, pero con un espíritu diferente, para llenar ese vacío y esas ganas de fiesta que había en la gente".
La tarea inicial consistió en convencer a otras sociedades gastronómicas de la ciudad. "Recorrimos todas las sociedades que había entonces en Vitoria, divididos en dos parejas, y de esas reuniones se unieron a la celebración 17 sociedades en el 74, aunque no fue hasta el 75 cuando se celebró la primea tamborrada", recuerda Mendiguren, a lo que suma que, "salimos con una ilusión bárbara, porque había muchas ganas de fiesta y seguir celebrando entre la gente de Vitoria, y acogieron esta celebración con unas ganas locas".
Una fiesta popular por y para la gente
La Tamborrada fue ganando entidad, aunque también tuvo sus momentos de pausa. En 1976, tras los asesinatos del 3 de marzo, todas las sociedades decidieron no salir en señal de respeto y protesta. “Fue una decisión mayoritaria, de solidaridad”, comenta Uriarte, en un gesto de solidaridad y protesta.
Afortunadamente, la tamborrada resurgió con fuerza. En 1977, cuando la Diputación Foral de Álava jugó un papel crucial al comprar los trajes para los participantes. Desde entonces, la cita ha crecido año tras año, sumando participantes, espectadores y sobre todo, historias personales que conforman su alma.
Una de ellas es la de Isidro Urcelay, que se incorporó en 1988. “No era ni socio, pero me invitaron a participar, porque tomaba potes con las miembros de la sociedad. Me dejaron un tambor, lo cogí, y todavía lo tengo”, dice orgulloso. Un año después le ofrecieron dirigir los tambores, y desde entonces ha sido el alma logística y emocional del grupo. “Hubo un momento en que no podía disfrutar la fiesta por tanta responsabilidad, pero por suerte, ahora ya repartimos tareas”.
Paso a las mujeres
A lo largo de estos 50 años, ha habido momentos significativos. En 2001, las mujeres se incorporaron a la tamborrada, un paso importante hacia la igualdad. En 2022, Leire Betolaza tomó el relevo de José María Bastida, "Txapi", en la dirección. Ya desde 2001 participan mujeres “sin polémicas, simplemente porque tocaba, en una clara adaptación a los nuevos tiempos y la sociedad”. Además, desde Ametza siempre se ha apostado por la descentralización, intentando llevar la fiesta a los barrios, aunque el cambio de horarios laborales ha dificultado este objetivo. “A las siete de la tarde la gente está trabajando, la fanfarre no puede venir… pero sería muy bonito poder recuperarlo”, apunta Urzelai.
La fiesta también tiene su liturgia interna, invisible para quienes sólo la ven desde las aceras. "Después de los ensayos, el ambiente es distendido: pincho-pote, bromas, camaradería, y cómo no, la mítica sopa de ajo a las tres de la mañana, a base de agua, ajo y pan sobado. Un recuperador de estómago fenomenal”, explica entre risas Urzelai. Un símbolo más de una tradición que va mucho más allá del tambor.
Merecido homenaje a los impulsores
Este año, como colofón al 50 aniversario, se ha celebrado un emotivo homenaje a los socios fundadores. “Un detalle de reconocimiento, más que merecido, y con especial cariño para los que ya no están: José Mari Sedano y Pedro María González de Gamarra, pioneros y referentes de este camino", indico Isidro Urzelai.
Además, desde la Sociedad Ametza, lanzan un mensaje claro: “La tamborrada no es privativa de las sociedades gastronómicas. Cualquier grupo o cuadrilla que quiera salir, que se ponga en contacto con nosotros. Esto es de todos”.

Jon Dos Santos
Redactor y editor de contenidos en el magazine Hoy por hoy Vitoria




