Sociedad

"Como un día de partido… o incluso menos”: los bares de Pozas no hacen el agosto con la final

Se esperaban llenos históricos en la calle Licenciado Poza, conocida como Pozas, ante la llegada de 55.000 ingleses a Bilbao. Sin embargo, muchos hosteleros coinciden en que la jornada dejó más decepción que caja

Miguel Toña

La previsión era prometedora: 55.000 aficionados del Liverpool y el Bayer Leverkusen aterrizando en Bilbao para la gran final de la Europa League en San Mamés. Con ese escenario, los bares de Pozas, nombre popular de la calle Licenciado Poza, se preparaban para un auténtico festival hostelero. Pero la realidad, según cuentan este jueves varios hosteleros de la zona, ha sido otra muy distinta.

“Nos esperábamos una caja anormalita, como si fuese un día de partido europeo… incluso el doble”, comenta uno de los responsables de bar. “Pero al final ha sido como un día de partido gordo del Athletic. Bastante menos de lo que se esperaba, de lo que todo el mundo esperaba”, añade.

Más calma que furor

La tarde del miércoles —día de la final— estuvo marcada por la presencia masiva de ingleses, sí, pero no por el consumo desbordado que muchos esperaban. “Yo te diría que fue más flojo que un partido del Athletic normal”, apunta otro hostelero de Pozas. “Aquí no es que se cogiera mucho, ¿eh? Fue como un día de partido, pero tranquilo”.

El contraste entre las previsiones y la caja final ha generado cierto desencanto. Y no es para menos: muchos negocios habían reforzado personal, aprovisionamiento y horarios pensando en una jornada de oro.

En la Plaza Nueva, más ambiente… pero tampoco una locura

Una de las zonas que sí registró un ambiente festivo fue la Plaza Nueva, donde centenares de aficionados ingleses se concentraron desde el mediodía. Allí sí hubo cánticos, cerveza y una estampa parecida a “un Santo Tomás o una Aste Nagusia, pero con vodka”, como lo describían algunos trabajadores de la zona. Aun así, según relatan en Radio Bilbao, la fiesta no se tradujo en cifras espectaculares para los bares.

Un recuerdo con sabor agridulce

Lo que se presumía como un miércoles inolvidable para la hostelería local se ha quedado en eso: una expectativa. Pozas no ha vivido su agosto, y los testimonios recogidos dejan entrever una mezcla de resignación y sorpresa. Porque cuando todo apuntaba a una avalancha de consumo, lo que llegó fue una tarde de partido... sin más.