Caritas Bizkaia atendió en 2024 a 1.000 personas menos pero advierte de que las situaciones son "cada vez más complejas"

Bilbao

Durante el año 2024, Caritas Bizkaia acompañó a 12.096 personas a través de 249 proyectos distribuidos por todo Bizkaia en los que tomaron parte como apoyo más de 1.700 personas voluntarias, según se explica en el informe anual de su actividad.

La organización constata que las situaciones se han vuelto más complejas y que la precariedad y la incertidumbre se instala en la vida de los grupos más vulnerables. Además, subrayan que los rostros y las realidades de esas personas no han cambiado. La responsable del Departamento de Análisis y Desarrollo, Ana Sofi Telletxea, ha advertido que "el ascensor social está parado para algunas personas", que tienen "prohibido el paso" a la sociedad de las oportunidades y donde "la precariedad es la norma y el destino de miles".

Sector feminizado

En Caritas Bizkaia, tanto las personas ayudadas como aquellas que prestan su ayuda, la mayoría son mujeres. En el caso de las primeras, suponen el 52%, mientras que el 78% de los voluntarios que forman parte de la organización son mujeres.

El informe apunta también a la presencia de familias con hijos e hijas a su cuidado, la infancia, adolescencia y juventud y constata una brecha generacional que afecta, principalmente, a la infancia la juventud que pone en riesgo su futuro y por lo tanto el futuro de la sociedad.

Según han detallado, el 65% de las familias atendidas constituían familias con hijos e hijas, de las cuales casi la mitad fueron familias monoparentales encabezadas principalmente por una mujer. Asimismo se refleja la especial situación de riesgo de exclusión en la que se encuentran las mujeres con bajos ingresos, migrantes, con baja cualificación sin acceso al empleo o a empleos precarios y que tienen que afrontar solas el cuidado y la crianza de sus hijos e hijas.

El área de relaciones familiares e infancia, Caritas ofreció acompañamiento a cerca de 1.100 personas adultas, niños y niñas (63% mujeres) poniendo especial esfuerzo durante 2024 en la formación y la aplicación de los protocolos de protección a la infancia. En ese sentido, acompañó los procesos de 160 jóvenes en situación de exclusión con pocas o nulas redes familias y sociales (9% mujeres).

Por otro lado, se acompañaron a personas en todas las etapas de la vida. Un 19% de las personas atendidas fueron menores de 18 años y otro 19% jóvenes de hasta 29 años. Más de 6.400 personas acompañadas (57% mujeres) se situaban entre los 30 y 64 años y más de 760 personas (76% mujeres) tenían más de 65 años.

Lugar de procedencia

Respecto al origen, un 68% de las personas acompañadas fueron inmigrantes procedentes de más de 100 países, prácticamente la mitad (49%) de Latinoamérica. Las situaciones de irregularidad administrativa afectan al 60% de estas personas imposibilitando su plena inclusión social.

A su vez, según la organización, ser de origen autóctono o estar en situación regularizada no otorga garantía de inclusión social, el 51% de las personas acompañadas de 2024 respondían a este perfil y aún así se encuentran en situación de vulnerabilidad y exclusión social.

El servicio jurídico de Caritas Bizkaia atendió a más de 900 personas (50%), de las cuales el 67% necesitaron asesoría en materia de extranjería y colaboró en 16 proyectos de cooperación fraterna en 11 países.

Situaciones y contextos sociales

Cáritas Bizkaia alerta de que la precariedad y la incertidumbre se han instalado en la vida de los grupos más vulnerables, debido a cuatro factores clave: la dificultad para acceder a una vivienda digna, la persistencia de la pobreza y el desempleo, la soledad y el deterioro de la salud mental. El acceso a la vivienda se ha vuelto casi imposible para muchas personas, lo que impide su inclusión social. Cáritas acompañó a más de 800 personas en esta área y destinó ayudas económicas y recursos habitacionales para paliar esta exclusión.

El empleo ya no garantiza estabilidad, ya que predominan los contratos precarios, la economía informal y la falta de protección. Más de 7.000 personas fueron acompañadas en los servicios de acogida y empleo, y se destinaron más de 2,4 millones de euros a ayudas básicas, formación y contratación. Además, la soledad y el aislamiento social afectan a personas de todas las edades. Cáritas respondió con programas comunitarios que atendieron a más de 1.700 personas, especialmente mujeres y mayores.

También preocupa el impacto en la salud mental, agravado por la falta de recursos accesibles. El servicio Psicológico de Cáritas atendió a 251 personas, ofreciendo apoyo clínico y psicosocial a adultos, jóvenes y niños en situación de vulnerabilidad.

Según la delegación de Caritas en Bizkaia, los mecanismos que producen las situaciones de pobreza y exclusión social van más allá de la propia persona. El espacio comunitario y las estructuras sociales son espacios de producción de pobreza y exclusión social y a la vez de oportunidad para dar la vuelta a estas situaciones promoviendo el cambio social.

Por ello, la directora de Caritas Bizkaia, Elena Unzueta, ha querido lanzar una llamada a los agentes políticos y las administraciones públicas para avanzar en materia de derechos humanos impulsado, especialmente las políticas orientadas al empleo inclusivo, la vivienda, los servicios sociales, la atención a la salud mental y las políticas migratorias y de extranjería de tal manera que el desarrollo social y económico impacte realmente en la población con mayores dificultades.