Bilbao Ría 2000 pone rumbo a 2030 con la Variante Sur Ferroviaria: el punto de inflexión para Olabeaga y Punta Zorroza

Bilbao

Bilbao Ría 2000 afronta una nueva etapa clave en el desarrollo urbano de la ciudad con la mirada puesta en dos grandes transformaciones: Olabeaga y Punta Zorroza. La sociedad pública que protagonizó la regeneración urbana del Bilbao de principios de siglo, vuelve a ocupar un papel central tras haber sido designada oficialmente para gestionar el planeamiento urbanístico de ambas zonas.

El desarrollo de Olabeaga y Punta Zorroza dependerá de un hito clave: el traslado de las vías ferroviarias hacia el sur, hacia el monte, lo que permitirá liberar cientos de miles de metros cuadrados en el borde de la ría. Un ambicioso Master Plan que ya está sobre la mesa y que prevé convertir esos espacios en nuevos polos residenciales, de servicios y sostenibilidad.

Muchos metros cuadrados

Punta Zorroza dispone de 320.000 m² de suelo, muchos de ellos todavía bajo uso portuario. La retirada progresiva de la actividad portuaria, junto con el futuro soterramiento de las vías ferroviarias, abre una oportunidad histórica para su transformación integral. Al otro lado de la ría, el desarrollo de Olabeaga también contempla una reordenación profunda del espacio urbano ya que se prevé el desplazamiento de la actual carretera que discurre junto a la ría, lo que liberará aún más terreno para uso público, social y residencial.

Fran Viñez, que desde hace ocho meses dirige Bilbao Ría 2000, liderará esta etapa. Viñez, que ha sido responsable de la oficina de proyectos estratégicos del Ayuntamiento de Bilbao desde 2021, destaca el consenso político y técnico que rodea estos proyectos: “En el consejo de administración hemos podido comprobar que todas las administraciones tanto estatales como autonómicas y locales comparten una voluntad real de avanzar”, ha subrayado.

Viñez también ha recordado que la complejidad técnica y administrativa es alta, especialmente en lo referente al soterramiento ferroviario, cuya planificación incluye estudios geotécnicos, evaluaciones medioambientales y coordinación entre distintos ministerios. “Estamos esperando la aprobación del estudio informativo, que marcará el punto de inflexión. Si todo va bien, en dos años podríamos tener el proyecto constructivo, y en cuatro más, la obra ferroviaria”, ha adelantado, apuntando al horizonte más allá de 2030.

Un modelo de ciudad sostenible

Los nuevos desarrollos se diseñan bajo parámetros de sostenibilidad y resiliencia frente al cambio climático. “Cada plan urbanístico se construye ya con estudios de inundabilidad, eficiencia energética y movilidad sostenible. No solo se trata de edificar, sino de integrar zonas verdes, accesos peatonales y conexiones tranviarias y ciclables”, ha explicado Viñez.

En este sentido, Olabeaga y Punta Zorroza no serán solo barrios residenciales, sino espacios donde la ciudad pueda abrirse a nuevas actividades económicas. “Bilbao no tiene un tejido industrial productivo como antaño, pero sí capacidad para formar parte de la economía del conocimiento, de la innovación y de la tecnología aplicada”, ha señalado Viñez.

Fases en Olabeaga

Aunque por ahora no hay cifras cerradas, la primera fase del proyecto en Olabeaga ya cuenta con un acuerdo de financiación de 80 millones de euros entre el Ayuntamiento, el Ministerio de Transportes y ADIF. En el caso de Punta Zorroza, la inversión aún debe estudiarse, aunque se espera que los costes sean similares o incluso superiores. “Hablamos de proyectos de entre 10 y 15 años de duración y con implicaciones económicas similares a las que movilizaron los 1.000 millones de euros invertidos por Bilbao Ría 2000 en sus primeros 20 años de historia”, ha dicho Viñez.

El futuro de estas dos áreas trasciende Bilbao. Administraciones como el Gobierno Vasco, la Diputación de Bizkaia, la Autoridad Portuaria y los ayuntamientos de Bilbao y Barakaldo, por su vinculación con Burceña, participan en los consejos de planificación, reflejando el carácter metropolitano del proyecto. Para Fran Viñes, esta mirada amplia es fundamental: “No se trata solo de transformar suelos, sino de pensar en barrios conectados, integrados, sostenibles y vivos. Y para eso se necesita tiempo, consenso y una ciudadanía bien informada”.

Bilbao vuelve a proyectarse hacia el futuro, como ya lo hizo en Abandoibarra, Ametzola o San Mamés. La ciudad prepara su siguiente gran transformación, esta vez, mirando al sur y apostando por una ciudad pensada para el siglo XXI.