Satisfacción en el primer mes de implantación del cercanías de Álava

Vitoria-Gasteiz

Un mes después de su puesta en marcha de la nueva línea de cercanías que une Miranda de Ebro con Alsasua, pasando por Vitoria y con paradas en Manzanos, Nanclares de la Oca, Alegría-Dulantzi, Agurain o Araia, entre otras, empieza a consolidarse como una pieza clave en la movilidad de la llanada alavesa. Con 137 circulaciones semanales y una inversión de 272 millones de euros en marcha, el servicio ha devuelto la vida a estaciones que llevaban años cerradas y ha mejorado la accesibilidad y conectividad de varios núcleos rurales, si bien todavía arrastra carencias que usuarios y alcaldes esperan resolver en los próximos meses.

Estaciones reabiertas, infraestructuras recuperadas

En Manzanos, el vestíbulo ha reabierto después de años cerrado, y ahora es un espacio funcional, con seis asientos y una máquina expendedora de billetes. Amado Martínez Iturrate, alcalde de Ribera Baja, destaca que “antes no paraba el tren, pero es una alegría verla reabierta con la puesta en marcha de este nuevo servicio, que estamos seguros va a dar más vida al pueblo. Porque siempre han pasado trenes lo que no hacían es lo que hacen ahora, parar".

La valoración en Manzanos es “satisfactoria”, aunque el propio alcalde reconoce que aún hay trenes que siguen sin hacer parada allí. “Esperamos que para final de año, como nos dijo el Gobierno vasco, se haga una nueva reunión para valorar estos primeros seis meses y poder incluir esas paradas que aún faltan, además de alguna frecuencia más”. A su juicio, uno de los grandes logros es que “ya no sólo se conecta con Vitoria, sino también con Miranda de Ebro, lo que mejora las opciones para ir a trabajar o hacer gestiones”.

En cuanto a las infraestructuras, el paso a nivel de Manzanos sigue siendo una asignatura pendiente. Las obras para su soterramiento aún no han comenzado, aunque ya está en marcha la circunvalación que evitará el paso de vehículos por ese punto. “Esperamos que el túnel subterráneo comience a construirse después del verano”, explica Martínez.

Más horarios, mayor movilidad… y demandas crecientes

En Nanclares de la Oca, su alcalde Miguel Ángel Montes se muestra claramente satisfecho con el arranque del servicio: “Fue una gran noticia cuando se inauguró, parecía que no iba a llegar nunca, y ahora estamos viendo como se ha mejorado la movilidad entre los pueblos y hacia la capital”. Sin embargo, subraya que aún no tienen datos concretos, solo sensaciones: “La gente agradece los nuevos horarios, pero también pide más frecuencias, sobre todo fuera del horario laboral”.

Montes insiste en que “el servicio debe ser utilizado para poder ampliarlo, ya que si no hay uso, no hay argumentos para pedir más trenes”. Por eso, lanza un mensaje claro: “Hay que subirse al tren. Es cómodo, rápido y más barato que el coche si se aprovechan los bonos”. Aun así, reconoce que “las madres y padres estaban preocupados por la posible pérdida del tren de las 7:30, clave para ir a los institutos, y que sería uno de los que hay que recuperar si se ponen más servicios”.

En Alegría-Dulantzi, el alcalde Joseba Koldo Garitagoitia se muestra aliviado al ver reabierto el vestíbulo, cerrado desde hacía años pese a contar con mobiliario, calefacción y máquinas expendedoras: “Todo estaba listo, pero no se podía acceder, y ahora por fin se ha desbloqueado gracias a la gestión del Gobierno vasco”. Aun así, señala que “el horario de los sábados es mejorable; por ejemplo, falta un tren nocturno que sí existe entre semana”.

La voz de los usuarios: entre la satisfacción y la crítica

En el plano ciudadano, las opiniones son diversas. Muchos usuarios valoran la rapidez, el confort y la posibilidad de transportar bicicletas. Además, no son poco los que coinciden en que, con el abono mensual bonificado el cercanías ha sido una excelente opción. “Es estupendo porque te saca de apuros y te acerca al trabajo a buen precio y rápido”.

No obstante, también hay críticas. Algunas personas denuncian la desaparición de trenes clave en horarios tempranos o de la tarde, lo que dificulta la conciliación o la vuelta al hogar: “Me han quitado el único tren que tenía para volver a casa, y ahora no me sale a cuenta usarlo”, explican dos vecinas de Nanclares.

El primer mes del Cercanías Miranda-Alsasua ha dejado una impresión positiva tanto entre representantes institucionales como entre buena parte de los usuarios. La recuperación de estaciones, la mejora en la movilidad y el impulso a la sostenibilidad son puntos a favor. Sin embargo, los retos siguen presentes: ajustar horarios, incrementar paradas, soterrar pasos a nivel y, sobre todo, garantizar que el servicio se adapte de forma real a las necesidades de las comunidades que conecta.