Concentración en Bilbao tras la agresión a una educadora social

Bilbao

Decenas de personas se han concentrado esta mañana frente a la sede del Instituto Foral de Asistencia Social (IFAS) en Bilbao para mostrar su apoyo a la trabajadora agredida el pasado jueves en un hogar de menores de Txurdinaga y exigir medidas inmediatas que garanticen la seguridad del personal que trabaja en estos centros.

Convocada por la junta de personal y el comité de empresa del IFAS —integrado por los sindicatos ELA, LAB, CCOO, UGT y Satse— la protesta ha servido también para denunciar públicamente la precariedad estructural que, según denuncian, expone a las trabajadoras y trabajadores a situaciones de riesgo, especialmente durante los turnos de noche, que a menudo se realizan en condiciones de absoluta soledad.

"Langileen segurtasuna bermatu"

Bajo el lema "Langileen segurtasuna bermatu" (Garantizar la seguridad de las personas trabajadoras), las personas asistentes han portado pancartas y gritado exigiendo que lo ocurrido “no vuelva a suceder”.

Estibaliz Ealo, presidenta del comité de empresa, ha subrayado durante su intervención que "la seguridad de las personas trabajadoras no es negociable". Ha señalado que lo ocurrido demuestra que los protocolos actuales “no han sido suficientes” y ha reclamado una revisión urgente de la evaluación de riesgos, así como un refuerzo real de los recursos humanos y materiales.

Solicitud reunión

El comité de empresa ya ha solicitado la convocatoria urgente del precomité de Seguridad y Salud para abordar esta situación. Aunque desde el IFAS se han comprometido a celebrar dicha reunión, por el momento no se ha fijado una fecha concreta.

La trabajadora agredida, que prestaba servicio en un piso tutelado dependiente del IFAS, fue apuñalada por un menor —posteriormente detenido— durante su turno nocturno. Aunque no se han difundido más detalles por tratarse de una persona menor de edad, el suceso ha desatado una ola de solidaridad entre compañeras y compañeros de profesión, quienes aseguran que el miedo entre las plantillas ya existía y ahora se ha multiplicado. “Cuando sucede algo así, y le pasa a una compañera tan cercana, el malestar, la incertidumbre y el nerviosismo que puede generar en las personas trabajadoras es evidente. Lo que nos toca a nosotras es trabajar para que eso cambie, para que se mejoren las condiciones y se pueda trabajar en condiciones de seguridad", ha explicado la presidenta del comité.