La inteligencia artificial entra en los medios como "un elefante en cacharrería"

Vitoria-Gasteiz

"La Inteligencia Artificial ya no es una promesa de futuro, sino una realidad que ha irrumpido con fuerza en el día a día de los medios de comunicación". Así lo afirma María Ganzabal, miembro del grupo de investigación Gureiker de la Universidad del País Vasco y experta en IA, quien ha analizado su impacto en el ecosistema informativo actual.

"Ha entrado como un elefante en una cacharrería", ha indicado Ganzabal, quien destaca que los medios apenas habían terminado de adaptarse al entorno digital y a las redes sociales cuando se han encontrado de frente con la IA.

Según un estudio llevado a cabo por su grupo, basado en más de 500 encuestas a profesionales de la comunicación, los diarios digitales son los que mejor se han adaptado al uso de herramientas de inteligencia artificial, muy por delante de la radio y la televisión. "Están utilizando la IA para traducciones, correcciones de texto, transcripción de audios o incluso para convertir texto en audio, y esto les está facilitando mucho el trabajo".

Sin embargo, la investigadora del grupo Gureiker deja claro que estas herramientas no generan la noticia desde cero, sino que actúan como asistentes para mejorar la calidad del periodismo. "La IA no sustituye al periodista, pero sí le ayuda a ser más eficiente, a escribir mejor, a traducir con más precisión, a encontrar ideas para reportajes. Pero la cercanía, el criterio, la ética y la verificación siguen siendo tarea humana".

La investigación también ha revelado diferencias de uso por género: "Las mujeres periodistas tienden a emplear la IA más para redacción y corrección de textos, mientras que los hombres la usan principalmente en edición de vídeo y verificación de datos, destacando el uso de herramientas como ChatGPT o Canva", ha indicado Ganzabal.

Las Fake News en el punto de mira

No obstante, la implementación de la IA en los medios no está exenta de riesgos. Uno de los más preocupantes es la proliferación de desinformación. “Las fake news son uno de los grandes peligros que puede acarrear esta tecnología si se utiliza sin control ni supervisión”, ha indicado Ganzabal. “Hay que verificar lo que genera la IA, porque muchas veces ofrece datos falsos, autores inventados o conclusiones que no existen. No se puede dar todo por válido sin contrastarlo”.

Otro aspecto crítico, que el estudio ha sacado a la luz, son los sesgos de género presentes en las respuestas que genera la IA, reflejo directo de los estereotipos de la sociedad que la entrena. “Si buscas información sobre profesionales de la salud, sigue saliendo el médico como hombre y la enfermera como mujer. Esos sesgos se están trasladando a los contenidos generados por la IA, y es un problema real que hay que abordar”.

Cabe destacar que la IA ha llegado para quedarse en las redacciones, pero su papel debe entenderse como una herramienta al servicio del periodismo, no como su sustituto. "La inteligencia artificial puede ayudar, pero no debe reemplazar la mirada crítica ni la ética del periodista. No todo es IA, y no todo lo que genera es publicable", ha explicado Ganzabal.