Joseba Segura, obispo, achaca la baja natalidad al "ego" y la "libertad sin límites" de los jóvenes

El obispo de Bilbao, Joseba Segura, ha achacado hoy la baja natalidad a la "libertad sin límites" y el "ego" de los jóvenes. En su homilía durante la eucaristía mayor celebrada en la basílica de Begoña, en el día de la Asunción de Begoña, el prelado ha dedicado parte de su intervención al declive en la natalidad, principalmente apuntando a la juventud. Considera que hay "una razón más profunda" que la carestía de la vida y de tener hijos o la incertidumbre económica: "La libertad sin límites".

Hay una razón más profunda, "la fuerza de una cultura que adora la libertad sin límites. Y los hijos limitan. Una cultura que nos invita a centrarnos en nosotros mismos, y los hijos no respetan ese encerramiento. El ego es como un agujero negro que atrae todo hacia sí". Estas han sido las palabras del obispo Joseba ante más de medio millar de feligreses que han copado la basílica de la villa, en un día marcado por un calor extremo.

Menos tiene que ver, pues, a los ojos del obispo, la natalidad con la pérdida del poder adquisitivo o el constante aumento de la edad media de emancipación entre los jóvenes, ahora en Euskadi en los 28 años, casi siempre a piso compartido y dedicando en torno al 63% del sueldo al alquiler, más del doble de lo recomendado -un 30%-. Estos son datos de esta misma semana, ofrecidos por el Consejo de la Juventud de España.

"Indiferencia" de los gobiernos

El obispo de Bilbao ha encontrado espacio también en su homilía para referirse a la "indiferencia" de los gobiernos ante el asedio israelí sobre Gaza, que "dicen defender los derechos humanos, pero no hacen nada para acabar con la barbarie". También a aquellos que "cambian de canal para no sentirse perturbados por el horror". Esto, Segura lo califica como "el mal, una máscara de apariencia y pretensión".

Sin embargo, ha dejado claro cuál es el sentido de la religión para él: "Algunos culpan a la religión de alimentar violencia. Cierto es que la fe se ha utilizado para servir causas indignas. Pero el hijo de María no se defendió como un poderoso guerrero, murió clavado en un instrumento de tortura. Ninguna mente humana se atrevería a crear un Dios así".