La declaración del estado de alarma por COVID se convirtió en una “memoria flash” en la población
Un estudio de la EHU revela que el anuncio del confinamiento por COVID-19 se recuerda con gran detalle y seguridad, especialmente entre los jóvenes, y que no hace falta la sorpresa para generar una memoria “flash”

La declaración del estado de alarma por COVID se convirtió en una “memoria flash” en la población
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San Sebastián
Un estudio de la Universidad del País Vasco ha demostrado que la declaración del estado de alarma por la pandemia de COVID-19 dejó una huella imborrable en la memoria colectiva. La investigación, realizada por el grupo HAEZI y liderada por las investigadoras Alaitz Aizpurua y Malen Migueles, concluye que este acontecimiento se recuerda con gran nivel de detalle y seguridad, características propias de las llamadas memorias flash o destello.
Este tipo de recuerdos, que se fijan en la mente como si fueran una fotografía, suelen estar asociados a sucesos de gran impacto social y emocional, como el atentado del 11M o el asesinato de John F. Kennedy. El estudio de la EHU evidencia que el anuncio del confinamiento también cumple con estas condiciones, a pesar de que más de la mitad de las personas encuestadas consideraban que la medida era predecible.
Las investigadoras analizaron las respuestas de 112 personas a un cuestionario en el que se preguntaba por detalles del momento en que se conoció la noticia: qué ropa vestían, qué estaban haciendo o cómo era el clima. Los resultados mostraron que, aunque la veracidad de los recuerdos no podía comprobarse, las y los participantes respondieron con gran seguridad y especificidad. “Lo relevante de una memoria flash no es su exactitud, sino la confianza con la que se recuerda”, explica Aizpurua.
El estudio también exploró las diferencias según la edad. Las y los jóvenes de entre 19 y 29 años fueron quienes recordaron más detalles, mientras que el grupo de mediana edad se asemejó al de personas mayores, con recuerdos menos precisos. No obstante, todos los grupos compartieron un rasgo común: la alta confianza en lo recordado.
Otro hallazgo llamativo es que las personas mayores mostraron respuestas más positivas al revivir aquel momento, lo que, según las investigadoras, confirma la tendencia a una mayor regulación emocional con el paso de los años. “Incluso en un contexto tan adverso como la pandemia, los mayores demostraron una mayor capacidad para filtrar lo negativo y mantener una visión más optimista”, señalan.




