El cambio climático retrasa la temporada de setas en Bizkaia
Los expertos en micología explican en 'Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia' las diferencias entre las especies comestibles y las peligrosas
El cambio climático y la falta de relevo generacional ponen en riesgo la afición por el estudio y la recogida de setas en Bizkaia
Bilbao
No está siendo un otoño suave, húmedo y con contrastes de temperatura entre el día y la noche. Tampoco está siendo un otoño en el que las setas abunden. El cambio climático también está teniendo sus efectos en los bosques de nuestro territorio donde los aficionados a la micología echan de menos las cestas de mimbre llenas.
"Lo que vemos ahora son temperaturas extremas. Pasamos del verano tórrido al frío casi sin transición. No hay humedad", ha explicado Carlos Aranda, portavoz de la Sociedad Micológica de Barakaldo.
Desde la sociedad, que este año cumple medio siglo, han aclarado que este año han tenido que desplazarse fuera de la comunidad, concretamente al norte de Navarra y Cantabria, para poder organizar sus exposiciones anuales: "Aquí está complicado. Si quieres una exposición digna, tienes que salir fuera. Los hongos necesitan humedad, y en nuestros montes no la hay”.
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Condiciones meteorológicas y recolecta
Sin embargo, además de las condiciones meteorológicas poco favorables, estos hongos se enfrentan a otra dificultad como la presión que ejerce la recolección masiva. "El ecosistema se está dañando por esa presión de recolectar tantas cantidades. La gente coge más de lo que debería, no creo que sea necesario coger más de 2 kg por persona. Hay gente que coge 40 kg", ha dicho Álvaro Chirapozu, jefe del servicio de identificación en el Ayuntamiento de Bilbao.
Por eso, los expertos aplauden las restricciones que hay por ejemplo en el Parque Micológico de Gorbeialde, donde se ha establecido que solo se permite recolectar un máximo de 2 kilos por persona y día; solo entre una hora después del amanecer y la puesta de sol. En Bizkaia, la Ertzaintza es la encargada de vigilar el cumplimiento de estas normas, y las infracciones pueden conllevar sanciones y decomisos.
A pesar de que las setas todavía no abundan, los centros y servicios de identificación están desde hace semanas abiertos. "Las personas que acuden al servicio en la calle del Cristo Nº1 suelen ser aquellas que tienen dudas sobre las setas que han recogido o que las han recibido como regalo", ha descrito Chirapozu.
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Ejercicio práctico
En este contexto el jefe del servicio de identificación en el Ayuntamiento de Bilbao, se ha atrevido con un ejercicio práctico, establecer las claves de tres típicas setas que podemos encontrar en Bizkaia:
- Boletus edulis. "Es la seta más buscada y apreciada por su sabor y su valor gastronómico. Tiene un pie grueso, firme y completamente comestible, al igual que el sombrero. Puede alcanzar incluso medio kilo de peso. Es fácil de identificar y no presenta riesgos de toxicidad".
- Amanita phalloides. "Conocida como la seta más peligrosa, es altamente tóxica y su consumo puede provocar una insuficiencia hepática grave e incluso la muerte. Su aspecto no es desagradable. Tiene un sombrero verde amarillento, un anillo bien definido y una volva blanca en la base, su principal rasgo distintivo. Nunca debe consumirse si hay la mínima duda".
- Macrolepiota procera (galanperna o parasol). "Muy reconocible por su pie largo y delgado y su gran sombrero en forma de sombrilla, que puede medir hasta 30 centímetros de diámetro. Se consume solo el sombrero, ya que el pie es demasiado fibroso. Es una seta muy fácil de identificar y muy apreciada por su sabor suave.
Como recomendación, Álvaro Chirapozu aconseja que las setas se degusten solas, simplemente salteadas con un poco de aceite y sal, sin añadir huevo ni ajo, al menos al principio, para apreciar mejor su sabor natural.