“Montxo Urraburu vivió la radio con una pasión que nos seguirá inspirando”

La muerte de Montxo Urraburu, voz emblemática de Radio Bilbao durante casi cuatro décadas, deja un vacío profundo en la profesión periodística vasca. Así lo ha subrayado Amaia Goikoetxea, presidenta y decana del Colegio y la Asociación Vasca de Periodistas, quien ha querido recordar a su compañero como “un enamorado absoluto de la radio” y “un ejemplo de entrega y curiosidad profesional”.

En una entrevista en Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia, Goikoetxea ha destacado la estrecha vinculación de Urraburu con la Asociación: “Tenía una relación muy cercana con nosotros. Venía muchísimo a la sede, prácticamente todos los días, y escribía con entusiasmo en nuestra revista digital quincenal. Añoraba la radio y seguía viviendo para ella”.

La decana ha recordado también los inicios compartidos con Urraburu en la emisora bilbaína, cuando ella era estudiante en prácticas: “Era de esos periodistas que se buscaban la vida para sacar adelante sus programas, con sus propias ideas y patrocinadores. Tenía una voz preciosa y una curiosidad inmensa. Representaba una generación de profesionales autodidactas, apasionados y creativos”.

Goikoetxea ha evocado, entre sonrisas, uno de los momentos más recordados de la trayectoria de Urraburu: el día en que “puso a volar la radio”, retransmitiendo desde una avioneta para celebrar el 90 aniversario de la emisora.

“Aquello simbolizaba perfectamente su espíritu: la radio como algo que eleva, que nos hace volar. Él la llevó por los aires, literalmente”, ha recordado.

Además de su legado profesional, la presidenta del Colegio Vasco de Periodistas quiso destacar el valor humano de Urraburu y su conexión con la diáspora vasca:

“Siempre hablaba con cariño de la comunidad vasca en América, donde también se le escuchaba. Le gustaba ser querido, sentir que su voz llegaba lejos”.

Para Goikoetxea, la muerte de Montxo Urraburu supone “una gran pérdida”, pero también deja una lección imborrable:

“Vivió con pasión una profesión que amaba profundamente. Ojalá quienes seguimos aquí sepamos hacerlo con esa misma entrega, chispa e ilusión”.

El periodista bilbaíno falleció el pasado sábado a los 80 años. Su voz y su energía quedan unidas para siempre a la historia de Radio Bilbao y al corazón de varias generaciones de oyentes y profesionales. Su carrera en los medios comenzó en los años setenta, en Radio Popular de Bilbao, conocida entonces como “la emisora de los curas”. Allí llegó casi por casualidad, animado por un compañero del grupo musical Akelarre, del que formaba parte. Tras superar las pruebas de acceso, se incorporó a la plantilla y pronto destacó por su voz cálida y su talento natural para conectar con la audiencia. Fueron años de formación intensa y de convivencia con algunos de los periodistas más destacados de la época.

La radio desde el aire: el nacimiento de “El Tximbo Loco”

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La idea de “El Tximbo Loco”, su creación más célebre, nació tras las trágicas inundaciones de 1983, cuando la necesidad de informar desde zonas incomunicadas le inspiró a buscar una solución diferente. Pensó entonces en emitir un programa desde una avioneta que sobrevolara Bizkaia cada domingo, llevando la radio literalmente por los aires.

Con el apoyo del Real Aeroclub de Vizcaya y la complicidad de Ruiz de Velasco, el proyecto echó a volar en junio de 1984. “Tximbo” por el pájaro bilbaíno, “loco” por la osadía de la idea. Así nació un programa único en la historia de la radio, que durante 17 veranos consecutivos (1984-2001) sobrevoló el territorio vizcaíno informando del tráfico, el tiempo y el ambiente de las playas, mientras entrevistaba a invitados de excepción: lendakaris, alcaldes, artistas y deportistas, entre ellos Javier Clemente o destacadas figuras de la cultura vasca.

El vuelo del Tximbo Loco partía del antiguo aeropuerto de Sondika, y cada domingo convertía el cielo de Bizkaia en una emisora abierta y viva. Fue un ejercicio de creatividad, improvisación y amor por la radio que definió el espíritu de Urraburu: curioso, innovador y profundamente humano.

Entre los recuerdos más entrañables de su trayectoria, destaca el vuelo conmemorativo del 50 aniversario del bombardeo de Gernika, en el que varios aeroclubes participaron arrojando flores sobre la villa como homenaje a las víctimas. También hubo momentos difíciles, como el percance de una avioneta del programa que acabó estrellada —sin víctimas— tras una de sus emisiones.

Una vida dedicada a informar y contar historias

Antes y después del Tximbo Loco, Montxo Urraburu fue voz, realizador y testigo de algunos de los episodios más relevantes de la historia reciente de Bizkaia. Cubrió tragedias como la explosión de gas en Ortuella (1980), el accidente aéreo del monte Oiz (1985) o las citadas inundaciones de 1983, cuando la radio se convirtió en el principal canal de comunicación y esperanza para miles de personas.

También formó parte de los espacios informativos de la Cadena SER, participando en conexiones con programas nacionales, entre ellos el de Iñaki Gabilondo, y colaboró durante años con instituciones como el Gobierno Vasco, al que enviaba crónicas desde Argentina sobre las Semanas Vascas.

El legado de una voz cercana

Montxo Urraburu fue, ante todo, un hombre de radio. Su trabajo, tanto dentro como fuera del estudio, combinó el rigor informativo con el cariño hacia los oyentes, y su pasión por contar historias dejó huella en varias generaciones de periodistas y técnicos que compartieron con él micrófono, redacción o cabina de sonido.

Hasta sus últimos años, siguió vinculado a la comunicación y participó activamente en la Asociación y el Colegio Vasco de Periodistas, manteniendo intacta su curiosidad profesional y su amor por la radio.

Con su fallecimiento, Radio Bilbao y la radio vasca pierden una de sus voces más emblemáticas, un profesional que hizo del aire su medio natural y del micrófono, su manera de estar en el mundo.

Su legado —y su “Tximbo Loco”— seguirán volando en la memoria de quienes amaron la radio hecha con alma.