Dasana Studio, el calor que transforma cuerpo y mente en Donostia

En “Comercios con historia” hoy nos adentramos en un lugar donde el calor no solo se siente en el ambiente, sino también en la energía que lo envuelve. Hablamos de Dasana Studio, el primer centro de Bikram Hot Yoga de Donostia, fundado por Daniela Fortina, una profesora chilena que encontró en esta disciplina su forma de vida y su manera de sanar cuerpo y mente.

El Bikram o Hot Yoga combina 26 posturas clásicas del Hatha Yoga con una sala a 40 grados de temperatura, lo que convierte cada sesión en un auténtico reto físico y mental. “Es una práctica muy intensa. Son 90 minutos que te exigen mucho, pero que te devuelven más. Se trabaja todo el cuerpo, la mente y las emociones”, explica Fortina, que lleva más de 15 años practicando y enseñando esta modalidad.

“Son 90 minutos para morir en la clase, pero vivir 90 años sano”, dice con humor, citando a Bikram Choudhury, creador de esta técnica. “Es un camino hacia la sanación física y emocional. Te ayuda a soltar tensiones, a ganar fuerza y a reconectar contigo mismo”, explica

Dasana Studio, ubicado en la calle Autonomía número 6 en Amara, es mucho más que un gimnasio. Es un refugio cálido —literalmente— donde personas de todas las edades practican yoga entre 40 y 42 grados de temperatura. “El calor ayuda a que el cuerpo se abra, se eliminen toxinas y se mejore la circulación. Pero también enseña paciencia y disciplina”, comenta Daniela. Las clases, que pueden durar 60 o 90 minutos, se adaptan a distintos niveles. Aunque la intensidad es alta, los movimientos son lentos y controlados, lo que las hace accesibles para casi cualquier persona.

“Tenemos alumnos de todas las edades, desde jóvenes de 18 años hasta personas de más de 80”, explica Fortina. “Eso sí, si alguien tiene una cardiopatía o un problema serio de salud, siempre pedimos prudencia y consultar al médico. Pero por lo general, el Hot Yoga es una práctica segura y muy beneficiosa”.

Daniela llegó a San Sebastián hace siete años, tras vivir en Noruega, donde descubrió el Bikram Yoga como una terapia para combatir el frío y la falta de luz. “Me enamoré en la primera clase”, recuerda. “Allí empecé a practicar, me certifiqué como profesora, y cuando me mudé a Donosti decidí abrir mi propio estudio”.

No fue un camino fácil. “Empezamos con mucha ilusión, tuvimos más de mil alumnos el primer año, pero la pandemia nos golpeó fuerte. Tuvimos que cerrar, perdimos la inversión y muchos alumnos cambiaron sus hábitos. Aun así, renacimos. Hoy seguimos adelante, con el mismo entusiasmo del primer día”, cuenta.

Esa filosofía de resiliencia también se refleja en la forma en que Daniela gestiona su negocio. En Dasana Studio, el yoga está al alcance de todos. “Ofrecemos becas para personas desempleadas o con ingresos bajos, y descuentos para jóvenes. El yoga no debe ser un lujo, sino una herramienta de bienestar accesible”, subraya.

Beneficios que van más allá del cuerpo

Las ventajas del Hot Yoga son numerosas: ayuda a regular el sistema endocrino, mejorar la postura, aumentar la elasticidad, reducir la ansiedad y fortalecer el sistema inmunológico. Daniela, que además es osteópata y acupuntora, ha comprobado científicamente los efectos positivos de la práctica. “A nivel físico, mejora la flexibilidad y previene lesiones. A nivel emocional, regula la ansiedad y la depresión porque cambia la química del cuerpo. Es una terapia preventiva para vivir largo y vivir bien”.

La profesora chilena insiste en que lo más importante es la constancia. “A veces la primera clase puede ser dura, pero si perseveras, pronto notas los beneficios. Dormir mejor, tener más energía, sentirte más enfocado. Es una inversión en uno mismo”.

Más allá del esfuerzo físico, Fortina destaca el componente humano de su trabajo. “Yo no hago esto por dinero, lo hago por amor. Mantengo mi Bikram, no al revés”, dice sonriendo. “Cada alumno que llega es una historia nueva. Ver cómo cambian, cómo se sienten mejor, es lo que me impulsa a seguir”.

Para quienes aún dudan en probarlo, su consejo es claro: “Que se den la oportunidad. No hace falta ser flexible ni fuerte, solo tener ganas de cuidarse. Y si no les gusta, no pasa nada, pero que no se queden con la curiosidad”.