Una explosión en una cantera reveló la Cueva de Pozalagua en Karrantza

Bilbao

El 28 de diciembre de 1957, una explosión en una cantera de Karrantza sacó a la luz lo que hoy se conoce como la Cueva de Pozalagua, uno de los principales atractivos turísticos de Enkarterri. La cueva no fue un hallazgo planeado, sino el resultado fortuito de la extracción de dolomía, un mineral que durante décadas alimentó la actividad industrial de la zona y moldeó el paisaje del valle.

Precisamente, la explotación de este recurso dio lugar a la fábrica Dolomitas del Norte, hoy convertida en el Museo Dolomitas. La directora, Leyre Barreras, explica que el museo ocupa la parte de la antigua instalación donde se almacenaba el mineral y se trasladaba mediante un tranvía aéreo de casi tres kilómetros, un sistema único en Euskadi que conectaba la cantera junto a la cueva con la fábrica en el barrio de Ambasaguas.

El hallazgo de Pozalagua cambió la historia de Karrantza. En 1976, cuando la empresa debía renovar su concesión con el Ayuntamiento, este decidió no prorrogar la explotación minera para proteger la cueva, una medida inusual en la época. El cierre de la fábrica supuso un duro golpe económico para un municipio donde la ganadería sigue siendo la principal actividad y donde muchas familias dependían directa o indirectamente de la cantera.

Karrantza, un destino premiado

A pesar de los desafíos del pasado, Karrantza sigue acumulando reconocimientos. Hace apenas unas semanas se situó en el segundo puesto de las capitales Escapada Rural, solo por detrás de Jerez de los Caballeros (Extremadura). Con 48 barrios, 16 parroquias y caseríos con casas de indianos, el municipio combina patrimonio industrial, naturaleza y gastronomía, ofreciendo al visitante rutas por el Museo Dolomitas, la Cueva de Pozalagua, el Parque Natural de Armañón y el BBK Karpín Fauna, además de restaurantes destacados incluso por la Guía Michelin.