Ocho de cada diez vascos mayores de 45 años ven mal de cerca

Bilbao

Empezamos a ver las letras borrosas, a alargar el brazo para poder leer, a agrandar los números del teléfono móvil o a acercar los objetos a la luz para poder verlos mejor. Son los primeros síntomas de la llamada presbicia o vista cansada, algo vinculado al envejecimiento y que, según ha explicado la doctora Ioana Romero, jefa de Servicio de Oftalmología de Osakidetza en el Hospital de Galkao, es inevitable.

Un tercio de la población sufre presbicia y entre las población de más de 45 años afecta a una de cada tres. Está caracterizada por una pérdida gradual de la visión y consiste en una incapacidad para enfocar los objetos en la visión cercana. Según la doctora Romero, es muy frecuente ver en consulta este tipo de casos.

La solución más habitual es la utilización de las gafas. En A vivir que son dos días Euskadi, María José García, óptico optometrista de Óptica Jesús, de Bilbao, que es importante no utilizar cualquier tipo de gafa. Un especialista estudia la forma del rostro y la distancia de los ojos, y baraja los diferentes tipo de cristales más idóneos para el cliente.

Intervención

Los profesionales recomienda la intervención quirúrgica a partir de los 55-60 años, una operación láser que "da muy buenos resultados", según ha explica la doctora Romero.

La alta prevalencia de la presbicia hace que cada vez sean más los establecimientos donde se ceden gafas de cerca al cliente. Es el caso de algunos restaurantes o empresas donde es necesario leer algún documento. Un ejemplo claro es el del local de los donantes de sangre donde prestan gafas para el momento de la firma tras la donación, tal y como ha explicado Sabin Urcelay, presidente de la Asociación de Donantes de Gipuzkoa.