Polémica en Soraluze por el ruido de las campanas de la iglesia de Santa María la Real
Los vecinos denuncian molestias nocturnas y el Ayuntamiento pide medidas mientras el párroco se niega a limitar el tañido

Polémica en Soraluze por el ruido de las campanas de la iglesia de Santa María la Real
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San Sebastián
En Soraluze ha surgido un conflicto por el sonido de las campanas de la iglesia de Santa María la Real. Algunos vecinos han denunciado que las campanadas nocturnas les impiden dormir, y el Ayuntamiento ha solicitado a la parroquia que se gramen las campanas entre las 23:00 y las 7:00 horas para reducir el ruido. Sin embargo, el párroco asegura que sus feligreses quieren seguir escuchándolas también por la noche, y por ahora no hay solución.
“Sí, soy de aquí, de toda la vida. ¿Y me molestan las campanas por la noche? A mí no, la verdad. Vivo en la mitad del pueblo y nunca me han molestado”, explica un vecino. Otro añade: “Entiendo que haya gente a la que le afecten, pero esas campanas han estado siempre. Quizá la solución sea bajar los decibelios por la noche, pero quitarlas del todo no me parece”.
El caso de Soraluze no es aislado. Situaciones similares se han dado en Segura y Oñati, donde finalmente se limitaron los horarios nocturnos. Laureano, encargado de la maquinaria de la iglesia de Segura, recuerda: “La primera noche que las campanas dejaron de sonar fue una pena grande, toda la vida he estado escuchando eso y además la gente también lo lamentó”. Actualmente, en Segura y Oñati las campanas solo suenan de 7:00 a 23:00 horas.
Alfonso Terceño, abogado y delegado en Euskadi de la Asociación de Juristas Contra el Ruido, destaca la importancia de la normativa acústica: “Estamos hablando de derechos fundamentales como la intimidad personal y familiar y la inviolabilidad del domicilio. Si las campanas exceden los límites legales de ruido nocturno, el Ayuntamiento es competente para imponer medidas correctoras”. Terceño añade: “Si no se acatan, hay multas coercitivas, y en casos extremos, los afectados pueden recurrir a la vía judicial. Con pruebas como informes acústicos, el 80-90% de los casos se ganan”.
Pese a ser parte del patrimonio cultural y la identidad de Soraluze, el conflicto pone de relieve el equilibrio entre tradición y derechos ciudadanos. Mientras algunos vecinos disfrutan del sonido histórico, otros buscan descanso y tranquilidad, dejando en el aire la decisión final sobre el tañido nocturno de las campanas.

Nerea Rodríguez Iñarra
Soy periodista por la UPV/EHU con mención en Dirección de Comunicación y Máster en Comunicación Multimedia...




