Euskadi estrena una herramienta ciudadana para mapear sus vertederos: Ekologistak Martxan da luz a 1.120 puntos de riesgo

La asociación Ekologistak Martxan ha presentado en Bilbao una nueva herramienta online, “evolutiva y colaborativa”, destinada a facilitar el acceso a la información pública sobre los vertederos existentes en la Comunidad Autónoma del País Vasco. A través de esta plataforma, cualquier persona podrá localizar vertederos, consultar sus fichas técnicas y conocer el nivel de peligrosidad asignado en base a criterios ambientales.

El proyecto nace como respuesta a décadas de alertas ciudadanas e institucionales sobre vertederos abandonados o mal gestionados, que suponen un riesgo para el medio ambiente y la salud pública.

Qué ofrece la plataforma: datos, mapas y peligro clasificado

• La herramienta recoge 1.120 vertederos que cuentan con ficha técnica y evaluación de peligrosidad. Otros vertederos con parcela registrada, pero sin información suficiente, han quedado excluidos del listado.
• Cada vertedero está valorado en cinco categorías de riesgo: infraestructura, hidrología, geología, medio humano y afecciones/impactos, con una escala de 0 (sin peligro) a 3 (peligro extremo). Las evaluaciones se basan en datos aportados por los gestores y recogidos en las fichas de IHOBE.
• La herramienta está diseñada con código abierto y prevé un sistema colaborativo para que ciudadanos, técnicos o entidades puedan actualizar o completar la información.

El objetivo es que esta plataforma se convierta en un “mapa vivo” de residuos, permitiendo visibilizar zonas de posible contaminación, impulsar su estudio, sellado o regeneración, y ofrecer datos fiables para la acción medioambiental.

Euskadi, vertederos y una asignatura pendiente desde 2008

Según Ekologistak Martxan, muchos de los vertederos incluidos en el inventario acumulan años de abandono. No es un problema nuevo: la gestión irregular y la falta de intervención media una década. La asociación señala que la situación actual representa una “herida ambiental” que exige acción urgente.

La herramienta pretende poner en evidencia esa realidad para forzar a las administraciones a actuar: caracterizar suelos afectados, declarar suelos contaminados donde proceda, sellar instalaciones, regenerar terrenos y aplicar medidas correctoras en línea con normativas nacionales y europeas.

El fantasma de Zaldibar: por qué esta herramienta llega en un momento clave

El derrumbe del vertedero de Zaldibar el 6 de febrero de 2020 — cuando una escombrera se derrumbó sepultando a dos trabajadores y desatando una crisis ambiental en Bizkaia — sigue siendo una herida abierta en Euskadi.

Ese colapso expulsó miles de toneladas de residuos a los alrededores, contaminó suelos y aguas, e implicó riesgos de salud pública para miles de vecinos.

Para muchas personas, aquel desastre puso en evidencia la urgencia de un control serio, transparencia y gestión responsable del ciclo de residuos. Justo en ese contexto, la nueva herramienta de Ekologistak Martxan aparece como una respuesta concreta: datos públicos, trazabilidad, participación ciudadana y un paso hacia la prevención, no la reacción.

Vertederos históricos en Bizkaia bajo la lupa: Artxanda, Etxe Uli, Jata, Premabi…

Durante la presentación, representantes del colectivo ecologista recordaron vertederos emblemáticos de Bizkaia — como los situados en Artxanda (Bilbao), Etxe Uli (Santurtzi), Jata (Lemoniz) o Premabi (Sondika) — que llevan décadas generando denuncias por contaminación, olores, filtraciones y riesgo ambiental, sin que las administraciones hayan actuado de forma definitiva.

Denuncian que la inacción no se debe a desconocimiento: los vertederos son públicos y conocidos — lo que falta es voluntad política para limpiarlos, restaurarlos o clausurarlos, en lugar de destinarlos a nuevos proyectos de desarrollo urbano o industrial.

Lo que se espera: más transparencia, control y acción real

Con esta herramienta, Ekologistak Martxan pretende:

1. Visibilizar la situación real de los vertederos en Euskadi.
2. Facilitar la participación ciudadana, recurriendo a aportaciones colaborativas de datos.
3. Ejercer presión pública para que las administraciones cumplan con sus obligaciones de sellado, restauración y control ambiental.
4. Prevenir futuros desastres como Zaldibar, actuando antes de que se produzcan derrumbes o fugas.

El colectivo advierte: enterrarlos no basta. Un vertedero clausurado sigue siendo una fuente de riesgo si no se monitoriza. La plataforma pretende servir como herramienta de vigilancia — ciudadana y técnica — para defender el medio ambiente y la salud pública.