Muere Iñaki García Ergüín, el pintor que llevó el alma de Bilbao al lienzo
El artista bilbaíno, figura clave de la pintura vasca contemporánea y creador de un universo propio entre Toledo, el jazz y el paisaje vizcaíno, fallece a los 91 años

Juan Carlos Otaola

Iñaki García Ergüín, nacido en Bilbao el 22 de julio de 1934, ha fallecido dejando tras de sí una de las trayectorias pictóricas más sólidas, prolíficas y versátiles del arte vasco contemporáneo. Su precoz talento apareció con apenas 14 años, cuando pintó sus primeras acuarelas mientras crecía en un ambiente profundamente ligado al mundo de la prensa: su padre era linotipista de El Correo Español.
Tras un paso inicial por el Seminario, pronto abandonó la carrera eclesiástica para dedicarse por completo a la pintura. En la Escuela Sindical de Bilbao encontró sus primeras referencias técnicas y estéticas, mientras desarrollaba acuarelas, bodegones, paisajes y autorretratos que conformarían lo que él mismo denominaba sus “primitivos”, la etapa que abarca de 1950 a 1960.
La consolidación de un maestro: de París a Múnich, de Castilla a Saint Paul de Vence
Su carrera despegó de forma fulgurante: en 1958 recibió el Primer Premio Nacional de Pintura y poco después comenzó una etapa de viajes que marcó para siempre su mirada. París, Múnich, Castilla y, especialmente, Toledo se convirtieron en espacios fundamentales de inspiración. La beca de Iberduero en 1961 le permitió estudiar en la prestigiosa Academia de Bellas Artes de Múnich, un periodo tras el cual declaró: “A partir de ahora solo vivo de la pintura y para la pintura”.
A mediados de los 60, García Ergüín alcanzó el reconocimiento internacional participando en exposiciones junto a nombres como Braque, Matisse, Léger, Chagall o Miró en Saint Paul de Vence. Desde entonces su presencia en bienales, museos, galerías y exposiciones colectivas fue constante, consolidándose como un referente nacional e internacional.
Un artista total: jazz, puertos, figuras vascas, ópera y deporte
Ergüín fue un artista poliédrico: exploró el paisaje, el retrato, la abstracción y la figuración clásica con la misma naturalidad con la que retrató puertos pesqueros, fiestas y escenas deportivas o taurinas. Su célebre serie de Pinturas Negras sobre jazz nació tras presenciar en directo a músicos de Preservation Hall Jazz Band y abrió una de sus etapas más celebradas.
También trabajó para instituciones públicas y privadas, pintó murales para buques, creó el logotipo del centenario del Athletic Club en 1998 y se sumergió en proyectos operísticos como Carmen, La Bohème o Manon. Ya en el siglo XXI, desarrolló una importante etapa religiosa, con obras para las iglesias de San Antón y San Vicente Mártir de Abando.
La mirada hacia Bilbao: un legado que convirtió a la ciudad en obra de arte
Pese a su actividad internacional, Bilbao ocupó siempre el centro de su vida y de su obra. Sus paisajes urbanos, retratos de exalcaldes, vistas del puerto o interpretaciones del Casco Viejo llevaron a los lienzos una identidad bilbaína íntima, luminosa y reconocible: su manera de capturar el alma de la ciudad.
A lo largo de las últimas décadas, su figura fue reivindicada como una pieza fundamental para comprender la evolución del arte vasco contemporáneo.
Iñaki García Ergüín y Radio Bilbao: una relación de afecto, cultura y reconocimiento
Uno de los vínculos más significativos en la trayectoria reciente de García Ergüin fue su estrecha relación con Radio Bilbao – Cadena SER, un espacio que él mismo definió en una ocasión como “una casa cultural que siempre abrió sus puertas al arte”.
En 2023, la emisora le otorgó el Premio Radio Bilbao a la Excelencia en Cultura, un reconocimiento que destacó su aportación artística, su compromiso con la difusión cultural y su condición de embajador pictórico de Bilbao en el mundo. En la ceremonia, Ergüin evocó emocionado una frase que se hizo célebre:“Mi profesor José Lorenzo Solís es para mí un Velázquez en una tarde buena”, demostrando la gratitud y humildad que siempre le acompañaron.
Radio Bilbao también impulsó en 2025 la difusión de su obra “Ondarroa”, presentada en Itsasmuseum, mostrando una vez más la conexión profunda del pintor con los medios culturales de la ciudad y su permanente actividad creadora incluso en los últimos años de vida.
Un legado inmenso y una figura irrepetible
Iñaki García Ergüin deja una carrera marcada por más de siete décadas de creación, cientos de exposiciones, numerosos premios nacionales e internacionales y un reconocimiento que traspasó fronteras. Su obra —desde los paisajes de Castilla a los puertos de Bermeo, desde el jazz a los cielos de Lanzarote, desde las óperas al Bilbao más íntimo— constituye una de las aportaciones más ricas y personales de la pintura española contemporánea.
Su fallecimiento supone la pérdida de un creador irrepetible, pero su legado permanece vivo en museos, colecciones privadas, instituciones… y, sobre todo, en la memoria visual de una ciudad que él ayudó a pintar tal como la sentimos hoy.




