Rafaela Romero, un ejemplo de resiliencia con mayúsculas

Badajoz

Nació en Quintana de la Serena hace 51 años y desde los 19 años su vida empezó a girar, y no para bien. Su familia se trasladó a un País Vasco en pleno que la banda terrorista ETA había convertido en un polvorín. Vivían en Mondragón, zona de conflicto, donde Rafaela comenzó a conocer de cerca varias realidades. La primera en casa, donde su padre, como ella misma relata, maltrataba a su madre física, sexual y emocionalmente. Y se enfrentó a él, hasta el punto de decirle "Hasta que no pares no voy a parar, hasta que me mates", para impedir que continuaran los abusos. Y es así como la autora vasca Ana Erostarbe titula el libro que narra las memorias de Rafaela Romero. Un libro que se presenta en la biblioteca Juan Pablo Forner de Mérida.

Desde muy joven se afilió al Partido Socialista de Euskadi, y allí conoció a su marido Jesús Eguiguren, figura clave en los contactos previos que el PSEE-EE realizó con miembros de Batasuna desde 2002. Ambos convivieron de cerca con la violencia terrorista. Tenían que vivir con escolta. Violencia, de nuevo, en primera persona. El libro relata algunos de los pasajes más íntimos y dolorosos de su vida personal y política, la violencia vicaria, los malos tratos o el terrorismo de ETA.