Los pueblos afectados por el incendio de Jarilla miran ya al futuro

Plasencia

El Plan Infoex dio por extinguido ayer al mediodía el incendio declarado el pasado 12 de agosto en Jarilla, un fuego que ha arrasado más de 17.000 hectáreas en el norte de Cáceres. La noticia, anunciada esta mañana en la SER, supone un respiro para los municipios más castigados, que ahora encaran un largo proceso de recuperación económica, social y ambiental.

Cabezabellosa: “Una manera de empezar a pasar página”

María Talaván, alcaldesa de Cabezabellosa, reconocía que la confirmación de la extinción del incendio se ha recibido “con alivio”, tras más de un mes y medio de angustia. Sin embargo, el paisaje calcinado y la incertidumbre sobre las ayudas mantienen en vilo a los vecinos: “La gente está a la expectativa, esperando que las ayudas empiecen a salir ya para poder continuar con su vida. Las pérdidas han sido enormes, sobre todo en agricultura, ganadería y servicios”.

Talaván destacó también la carga emocional que ha supuesto gestionar la crisis: “Ha sido una experiencia que no me hubiera gustado vivir. El peso emocional ha sido muy grande y los días fueron muy complicados”.

La Garganta: orgullo por la respuesta ciudadana

En La Garganta, el incendio se quedó a solo seis kilómetros del núcleo urbano. Su alcalde, Juan González, puso en valor la implicación vecinal en las labores de extinción: “Nunca he visto a la gente de mi pueblo tan orgullosa de haberse sentido útil. Hicimos cortafuegos, las mujeres preparaban bocadillos, se volcó todo el mundo”.

Pese a la dureza de lo vivido, González resalta el espíritu positivo con el que el municipio afronta ahora la etapa posterior: “El Valle del Ambroz sigue siendo un paraíso. Arranca el Otoño Mágico, fiesta de interés turístico internacional, y queremos que la gente venga a disfrutar de nuestra tierra”.

Rebollar: tranquilidad y ánimo para el turismo

En Rebollar, uno de los pueblos desalojados durante el incendio, la alcaldesa Petra Díaz mostró su satisfacción: “La noticia se recibe con alegría y tranquilidad. Ya pasó la incertidumbre de las posibles reactivaciones”.

Aunque parte del entorno natural se ha visto afectado, la regidora insiste en que el pueblo mantiene su atractivo: “Rebollar sigue verde y no hay problema para el turismo. Queremos animar a la gente a venir en otoño, porque la zona es muy bonita y digna de ver”.

En lo personal, Díaz reconoció haber pasado miedo e impotencia, pero también destacó la unión vecinal: “El pueblo estuvo siempre en contacto, incluso desalojados. Te das cuenta de lo que significa realmente ser un pueblo unido”.

Un futuro por reconstruir

Con el incendio extinguido, los municipios afectados miran ahora hacia la reconstrucción, a la espera de que lleguen las ayudas prometidas por la Junta de Extremadura y la Diputación de Cáceres. Pese al duro golpe, los alcaldes coinciden en la misma idea: transformar la tragedia en una oportunidad para reforzar el futuro del mundo rural.