Los padres de un menor sancionados por la difusión de imágenes falsas de chicas desnudas generadas con IA en Almendralejo
La multa, de 2.000 euros, se impone por la implicación de su hijo en la creación y difusión de imágenes manipuladas con inteligencia artificial que afectaron a varias adolescentes de la localidad pacense

Hablamos sobre el uso de porno no consentido creado por Inteligencia Artificial, con la sexóloga Almudena M. Ferrer

Badajoz
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha sancionado con 2.000 euros, reducidos a 1.200 por pago voluntario y reconocimiento de responsabilidad, a los padres de un menor de edad implicado en la difusión de imágenes de chicas desnudas generadas con inteligencia artificial en Almendralejo (Badajoz). La resolución concluye que los progenitores son responsables de las actuaciones ilícitas de su hijo al haber difundido contenidos que vulneraron gravemente los derechos de las víctimas.
Los hechos se remontan a septiembre de 2023, cuando un grupo de menores utilizó herramientas de inteligencia artificial para crear imágenes falsas en las que se mostraban cuerpos desnudos con los rostros reales de chicas de su entorno. Las imágenes fueron compartidas en redes sociales y portales de internet, y se expandieron rápidamente a través de grupos de mensajería, sin el consentimiento de las afectadas.
La AEPD inició una investigación de oficio poco después de que el caso saliera a la luz pública y generara una fuerte conmoción social. El procedimiento, completamente anonimizado para proteger la identidad de los implicados, se ha desarrollado en paralelo a la instrucción penal llevada a cabo por el Juzgado de Menores de Badajoz.
En abril de este año, los padres del menor sancionado procedieron al pago voluntario de la multa, lo que implica el reconocimiento de su responsabilidad, según detalla la resolución. Con esta actuación, la AEPD cierra un expediente que se enmarca dentro de su estrategia de control sobre el uso de tecnologías emergentes y la protección de la privacidad de menores en el entorno digital.
El procedimiento penal derivado de este caso ya concluyó el año pasado con la declaración de culpabilidad de quince menores por un total de veinte delitos de pornografía infantil y otros tantos contra la integridad moral. El juzgado impuso medidas de libertad vigilada y la obligación de participar en programas formativos sobre educación afectivo-sexual, uso responsable de las tecnologías de la información y sensibilización en materia de igualdad y género.
Desde el Gobierno de Extremadura, la secretaria general de Igualdad y Conciliación, Ara Sánchez, ha pedido reforzar la legislación y la educación digital para evitar que se repitan casos similares. “Es un delito muy grave, contra la libertad de las personas, y especialmente contra la libertad y la dignidad de los menores”, subrayó Sánchez este viernes, antes de participar en la inauguración del Congreso Mujer Executiva 360º, celebrado en Badajoz.
Sánchez destacó la importancia de actuar no solo desde el ámbito judicial, sino también desde la prevención y la concienciación social. “La labor de sensibilización debe ser continua. Las administraciones tenemos la responsabilidad de trabajar en el ámbito educativo y normativo para evitar que las herramientas tecnológicas se conviertan en instrumentos de violencia o humillación”, apuntó.
El caso de Almendralejo ha reabierto el debate sobre el uso ético de la inteligencia artificial y los desafíos que plantea la generación de imágenes falsas, conocidas como deepfakes. Expertos en derecho digital y protección de datos han advertido del vacío legal existente y la necesidad de incorporar sanciones más severas y mecanismos de detección temprana para evitar la viralización de este tipo de contenidos.
Mientras tanto, la AEPD continúa impulsando campañas dirigidas a menores, familias y centros educativos para fomentar el uso responsable de la tecnología y recordar que la difusión de imágenes íntimas, reales o generadas artificialmente, sin consentimiento, constituye un delito grave. El caso de Almendralejo se ha convertido así en un símbolo del riesgo que supone el mal uso de la inteligencia artificial y en una llamada de atención sobre la necesidad de reforzar la educación digital y el respeto a la privacidad desde las edades más tempranas.




