La victoria merengue que ha dejado un mal sabor de boca a un vecino de A Fonsagrada

Lugo

Un vecino de A Fonsagrada regresa de París aterrado por lo vivido en las inmediaciones del Saint-Denis. Durante la final de la Champions, que enfretó al Real Madrid y el Liverpool, José Antonio Álvarez vivió una auténtica odisea.

El lucense asegura que los aficionados presenciaron "robos, violencia y agresiones" en el barrio donde se ubicaba el estadio, "sintiendo una gran inseguridad" durante su estancia. José Antonio Álvarez es socio del Real Madrid desde hace 25 años, además de ser el fundador de la peña madridista Miranda de Ebro.

Fue uno de los agraciados que pudo conseguir entradas para la final. Después de varios viajes en tren y un trayecto en autobús de 15 horas llegó a París con gran ilusión, pero describe la experiencia como “nefasta” y se siente decepcionado.

Nuestro protagonista no viajó solo y cuenta que ocho de sus acompañantes se vieron involucrados en diversos robos. “He visto cosas que no me imaginaba que podrían pasar en una ciudad como París. Aquello es una ciudad sin ley, atracos y robos por todos lados, la policía francesa pasando olímpicamente…”, relata.

Destaca que “a una chica le tiraron del bolso y le dislocaron el hombro”, a otra señora le quitaron el bolso con la documentación y que incluso robaron a padres que iban acompañados de sus hijos menores, todo esto ante la pasividad de la policía francesa

MIentras que el Real Madrid se proclamaba campeón de la UEFA Champions League, este lucense celebraba con sabor agridulce la 14ª de los merengues.

José Antonio critica la mala organización y gestión de la UEFA: “es increíble que un estamento tan grande lleve un acontecimiento como este a uno de los barrios más peligrosos del país”. Además también los califica como “mafiosos” y “sinvergüenzas” por la repartición de las entradas. Señala que la infraestructura carecía de estacionamiento para los autobuses y que, debido a la inseguridad que les producía utilizar el metro, tuvieron que caminar más de una hora para llegar al estadio y otra para volver al autobús. “Yo he andando por muchos campos y eso no lo he vivido en mi vida”, comenta el madridista decepcionado.