La ordenación del territorio y de los servicios será clave para la supervivencia del rural

Santiago de Compostela

El rural gallego no para de perder habitantes, que se van hacia los principales núcleos urbanos. En el último cuarto de siglo, la población del rural se ha reducido en un 17%. La realidad ha cambiado y no es homogénea, por lo que la planificación del territorio y de los servicios serán fundamentales para garantizar el futuro de un territorio en el que el sector agroganadero reivindica su papel.

Según el profesor de Geografía Humana de la USC, Carlos Ferrás, se requiere planificar y ordenar el territorio y sus servicios para corregir desequilibrios y favorecer la cohesión territorial. Y esto pasa por empezar a pensar en cabezas de comarca bien dotadas de servicios. Ferrás destaca la importancia de que la administración tome decisiones desde esta perspectiva, teniendo en cuenta que el rural se ha transformado y que ya no se puede pensar en aldeas; solo así, dice, se potenciará la repoblación.

Comenzar un proyecto de vida en el rural se hace complicado por la falta de servicios. Trinidad Gamarra, médica en la comarca de Celanova, explica que hay riesgo de perder la figura del médico en el rural porque los complementos que se le dan no son suficientes y algunos centros sanitarios no están bien dotados. Tampoco la educación. Suso Bermello, secretario nacional de CIG Ensino, denuncia la falta de escuelas unitarias, que quita atractivo al rural. A esto hay que sumar las oportunidades laborales, que las hay, pero también se han reducido. La ganadería y la agricultura, dos de las actividades fundamentales, no tienen garantizado el relevo generacional. Y esto también tendrá consecuencias para el medioambiente, ya que son, por ejemplo, una barrera de contención ante los incendios, como recuerda Óscar Pose, de Unións Agrarias.