Jóvenes adultos desesperados por una mínima estabilidad laboral se lanzan a las oposiciones de la administración

A Coruña

A principios de mes conocíamos que el Gobierno Central llegaba a un acuerdo con sindicatos y administraciones para subir el salario de los funcionarios en un 9,5 por ciento en tres años. La seguridad que aporta un puesto de trabajo y salario estable en la administración pública en confrontación con un mercado laboral incierto e inseguro en muchos casos, motiva día a día a miles de jóvenes y adultos a intentar preparar un examen de oposición.

Desde Nós Oposicións en los últimos 5 años un aumento del número de opositores, sobre todo en las edades más adultas. La convocatoria de nuevos exámenes en términos de concurso de oposición (aquellos en los que el único condicionante para acceder a la plaza es la nota del examen) han animado a cientos de personas a preparar unos exámenes que, de ser aprobados, garantizan un salario, horario y trabajo estable de por vida.

Con todo, dentro del sistema público también hay demandas, y no son pocas. La temporalidad y las altas tasas de interinidad en ciertos sectores de la administración como la sanidad son la crítica principal de los sindicatos.

Por lo pronto en los próximos meses 10,300 empleados gallegos pasarán a trabajadores fijos bien por concurso de méritos como por concurso-oposición. La Xunta daba luz ver el jueves a esta medida que busca cumplir con la ley estatal que busca bajar la temporalidad en el sistema público al 8%.

Sea por el método que sea es habitual escuchar que la preparación de una oposición es “una carrera de fondo”. Los psicólogos recomiendan concienciarse sobre el proceso a seguir y ser consciente de las limitaciones de cada uno. La ansiedad, la frustración, la incerteza y el miedo a un “no apto” marcan el día a día de miles de opositores.

Ansiedad, nerviosismo, estrés y posibles cuadros depresivos. Sintomatología preocupante que encontramos, tanto en trabajadores del mercado privado como en aquellos que persiguen desesperadamente una estabilidad que nunca llega en el sistema público.