El Depor de Óscar Cano consigue cerrar la sangría

A Coruña

Alberto Quiles salió en la foto. La victoria ante el Sanse del sábado en Riazor llevó la firma del delantero andaluz. Los goles en el fútbol, se suele decir, son amores. Y la contra que materializó en gol el ariete onubense fue determinante para amarrar la victoria blanquiazul. Pero la letra pequeña del partido tiene otros protagonistas con una importancia similar: Ian Mackay y los centrales del Depor.

Vuelve el mejor Mackay

Los reflejos del portero Mackay fueron salvadores para el Deportivo antes del gol del Sanse. El coruñés evitó el gol del Sanse en varias ocasiones. La más clara una mano que mete a un remate de Arturo al filo del descanso. El capitán del Dépor el sábado volvió a demostrar ser un portero que da puntos al equipo y cerró su portería a cal y canto. Es la segunda vez que lo logra en esta temporada (antes no encajó en Mérida. En Majadahonda, donde el Deportivo no encajó, jugó Edu Sousa). Un camino, el cerrar los goles encajados, básico para este Deportivo. El Sanse fue el primer equipo que no marcó en Riazor en este curso.

Al igual que el equipo durante fases de esta temporada, Mackay tampoco estaba en su mejor momento. En una entrevista la semana pasada en AS, el portero reconoció que “quizás mi principio de temporada no está siendo el mejor” y aseguró que era el primero que no estaba al nivel esperado.

Jaime y Martínez

“Me ha gustado la manera en la que el equipo ha defendido el área”, aseguraba Óscar Cano después del partido del sábado. El Dépor aguantó sin demasiados apuros el asedio final del Sanse para buscar el empate. Buena parte del buen resultado final se debe a la actuación de los zagueros. Jaime volvió al equipo después de su lesión y de su desafortunado inicio de liga. Jugó en el perfil diestro y cerró una meritoria actuación que le devuelve la confianza al andaluz. Pablo Martínez, por su parte, se entendió bien con su compañero en la zaga y también cerró una tarde positiva, que incluso pudo haber culminado con un gol a balón parado para él. El Dépor recupera su solidez defensiva, la “trinchera” como la define Óscar Cano.