“Somos unas luchadoras y vamos a seguir luchando hasta el final”, advierten las viudas del Pitanxo

Era martes, 15 de febrero. Sobre las 4 de la madrugada, en medio de un fuerte temporal el arrastrero de Marín Villa de Pitanxo se hundía en aguas del Atlántico. De sus 24 tripulantes, tan solo tres salvaron la vida. Se trata del patrón Juan Padín, su sobrino Eduardo Rial, ambos de Cangas; y el marinero ghanés residente en Marín, Samuel Kwesi.

De los 21 fallecidos, solo se recuperaron 9 cadáveres, en medio de una conmoción general en toda Galicia. El caso dio un giro radical tras le llegada de los supervivientes. El testimonio ante la Guardia Civil del marinero ghanés, residente en Marín, Samuel Kwesi motivó que la Audiencia Nacional haya imputado al patrón del barco, Juan Padín, por 21 posibles delitos de homicidio por imprudencia y otro delito contra los derechos de los trabajadores. Una acusación a la que se han sumado las familias, que desde entonces vienen pidiendo con innumerables reuniones y movilizaciones que el suceso se investigue a fondo y que se haga justicia.

Han mantenido encuentros con todos los partidos políticos, con el presidente del Gobierno, con diputados del Parlamento Europeo, con el Rey Felipe VI e incluso con el Papa. Diez meses exigiendo una expedición al barco para recabar pruebas, denunciando la pasividad del Gobierno y la falta de información de la armadora, Pesquerías Nores de Marín. Actualmente hay dos investigaciones en marcha. Una judicial que coordina la Audiencia Nacional y que empezó ya a tomar las primeras declaraciones a testigos del rescate, los marineros del pesquero playa de Menduiña II.

La otra investigación es civil, a cargo de la Comisión Permanente de Accidentes e Incidentes Marítimos, conocida como la CIAIM, dependiente del Ministerio de Transportes. Este organismo, después de meses desatendiendo la petición de las familias, acaba de iniciar los trámites para llevar a cabo una operación de búsqueda, localización e inspección submarina del pesquero VILLA DE PITANXO, un operativo que posiblemente no se podrá realizar hasta la primavera o verano del próximo año. Al mismo tiempo sacará conclusiones del suceso recreando en un banco de pruebas las condiciones del accidente, con una maqueta del barco.

Cuando se van a cumplir diez meses del hundimiento del Villa de Pitanxo, en Vermú con SER hemos reunido a varias viudas y huérfanos de esta tragedia.

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Noemí Rivas, de Marín. Su marido era Pedro Herrera Couso, tenía 29 años y era el primer oficial de máquinas. Tiene un hijo, que en el momento del suceso no tenía ni un año.

Lucía Paredes, de Beluso, Bueu. Su marido era Fernando Santomé Ferradás, el cocinero del barco. Su cadáver fue de los que pudieron ser rescatados.

Mar Luz Esquivel, natural de Perú, y residente en Vigo. Tiene 4 hijos. Su marido Edwin Córdoba es uno de los desaparecidos; y era sobrino de otro de los fallecidos (Daniel More).

María José de Pazo, de Marín. Viene actuando como portavoz de las familias en todos estos meses. Su padre Francisco de Pazo, era el Jefe de Máquinas y su cuerpo tampoco fue localizado.

Por primera vez desde la tragedia explicaron en público como están viviendo el día a día desde el fatídico 15 de febrero. Además de reiterar la necesidad de que se investigue a fondo, anticiparon que están preparando un acto conjunto para el primer aniversario del hundimiento del Villa de Pitanxo.