Sar: el barrio de las joyas ocultas
A los pies del monte Gaiás se encuentra uno de los entornos naturales más ricos de Santiago y uno de sus principales monumentos
De barrio en barrio: Sar
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Santiago de Compostela
Sar funciona casi como un pueblo dentro de la ciudad. Dicen sus residentes que "no necesitan salir para nada" porque allí tienen de todo. Y puede que tengan razón. Para pasear, disfrutar del entorno natural, visitar una de las joyas románicas de Compostela, ir a comer o hacer la compra, Sar es siempre una buena elección. Por poder, los vecinos hasta pueden cultivar sus propios productos en las huertas urbanas.
Desde el punto de vista histórico y patrimonial, el barrio es un lugar de visita obligada. La Colegiata, construida en el siglo XII, es uno de los monumentos románicos más importantes de Santiago. Junto con la catedral, es la iglesia que conserva una mayor parte de su origen arquitectónico, aunque lo más llamativo son los arbotantes construidos en los siglos XVII y XVIII para evitar el derrumbe de los muros. Además de la Colegiata, se puede atravesar el puente románico o una calzada medieval.
Monumentos aparte, otra de las joyas de Sar es el río y su paseo fluvial. Descontaminarlo es una vieja demanda, como lo es el aparcamiento, algo que genera molestias a los comerciantes. Sar tiene su propia zona de compras y de vinos, el problema es que hay que ir con dinero en la cartera, porque faltan cajeros. Además, es una zona que todavía soporta tráfico pesado y que cuenta con una conexión a la Cidade da Cultura, lo que incrementa el impacto sobre sus calles. Comerciantes y vecinos consideran que el mantenimiento de algunas calzadas y aceras es insuficiente.
Aparte del interés patrimonial e histórico, está el natural. El río ha condicionado la vida y la arquitectura de esta zona, con vestigios como molinos y lavaderos (el de Picaños, de forma octogonal, es el más curioso). Las brañas -humedales- dieron lugar a usos agrícolas y el río permitió el desarrollo de cierta actividad económica.