Ana Sandamil vuelve a ser condenada a prisión permanente revisable

Santiago de Compostela

Prisión permanente revisable para Ana Sandamil por el asesinato de su hija, Desirée Leal, ocurrido en Muimenta en mayo de 2019, cuando la niña tenía siete años de edad. La condena es la misma que se le impuso en la primera vista, de hace un año, cuando la Audiencia de Lugo la había condenado estimando que era consciente de sus actos en el momento del crimen. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia tumbó el veredicto y ordenó la repetición del jucio, al estimar que no estaba bien fundamentado el estado psicológico.

En la repetición del juicio, el jurado popular determinó que la mujer era culpable de haber matado a la niña de forma querida y premeditada por asfixia tras haberle suministrado sedantes. Además, negaron afectaciones psicológicas de Sandamil, y señalaron que era plenamente consciente de lo que estaba haciendo.

Según el fallo, está probado por unanimidad que la madre estaba durmiendo en la misma cama que la niña, y le suministró un fármaco con efectos sedantes para acabar con su vida. Le administró por la fuerza el medicamento disolviéndolo en agua.

Desirée se negó a su ingesta, y según el escrito, la sentencia, "la asfixió con sus propias manos, ejerciendo presión en su cuello y obstruyendo también sus vías respiratorias, boca y nariz, para lo cual pudo haber empleado, además, sus manos o alguno de los objetos que había en la habitación". Así, la menor murió por comprensión y oclusión de orificios respiratorios, sin posibilidad de defenderse o de reaccionar.

En la sangre de la niña estaba presente el fármaco, también en el contenido gástrico, lo que evidencia, según los expertos, fue consumido poco antes de su muerte.

Uno de los aspectos destacados tiene que ver con el supuesto trastorno que sufría Ana Sandamil. Según siete de los miembros del jurado, aunque sí que lo padecía en algunos momentos, "no afectaba a sus capacidades mentales ni cognitivas". Apuntan también a la existencia de premeditación en el crimen. Además, los forenses detectaron un importante grado de simulación en los supuestos delirios, y corroboraron que no había habido estados psicóticos anteriores.

Según el veredicto, la mujer sabía que el padre quería modificar el régimen de visitas para poder pasar más tiempo con ella.

Cuatro condenas en Galicia

En nuestra comunidad ha habido otras cuatro condenas a prisión permanente revisable, y está en curso otro juicio en el que se pide la misma pena para el acusado. La última fue a un hombre acusado de haber matado a su sobrino de tres años de edad en Santiago de Compostela. Antes, y sin contar la primera condena a Ana Sandamil, hubo otras tres condenas a este tipo de pena: la primera de todas, la de David Oubel, el parricida de Moraña, y la segunda fue la de Marcos Mirás, por el asesinato de su hijo de 11 años.

La tercera sentencia fue para José Enrique Abuin Gey, más conocido como El Chicle, a quien el tribunal condenó a prisión permanente revisable por el asesinato de Diana Quer.