Un club sordo ante un clamor

A Coruña

Óscar Cano ha saltado al campo poco después de las 10:15 para dirigir la sesión de entrenamiento tras el desastre de ayer en Linares. Las protestas unánimes de la grada en contra del técnico no han encontrado respuesta en el un club que hasta ahora se ha abonado al silencio. El entrenador granadino ha conducido la sesión de recuperación tras la debacle en Linarejos a pesar de las grietas evidentes que tiene su propuesta y su discurso.

La fractura entre afición y entrenador es evidente, pero no solo el factor social juega en contra del míster. El equipo solo ha ganado un partido lejos de Riazor en lo que va de 2023, cayendo en nueve encuentros. En el momento más decisivo de la temporada el Deportivo solo ha sido capaz de vencer un encuentro de los cinco últimos disputados. El propio técnico reconocía ayer en Linares haber probado todo y no haber sido capaz de conseguir reactivar a su equipo cuando actúa como visitante. El ambiente de cara al play off es el contrario al deseado, con una masa social que ya no comulga con un técnico que nunca ha llegado a conectar con la grada.

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Silencio

Mientras tanto, desde la Plaza de Pontevedra se guarda silencio. Las próximas horas serán claves para decidir qué ocurrirá con el puesto de Óscar Cano. El entrenador podría ser cesado de forma inminente, pero en el club siguen dilatando una decisión que se espera con ansiedad por parte de la grada. La tardanza, además, está provocando que los focos ya apunten hacia arriba y señalen tanto a la secretaría técnica, responsable de elegir y mantener al entrenador Cano, como a la propia directiva que encabeza Antonio Couceiro. El ambiente de cara al próximo partido ante el Algeciras, y el decisivo playoff al que el Dépor está abocado, no son buenos compañeros de viaje para el Deportivo y su necesario ascenso de categoría.