Ni alcohol ni comidas pesadas: así podemos evitar ahogamientos

Lugo

Los ahogamientos este verano se han disparado. Según los datos recopilados por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, desde principios de año, ya son 223 las personas que han perdido la vida por ahogamientos en espacios acuáticos.

Las piscinas y el mar son lugares de ocio y recreo mucho más peligrosos de lo que parece, pero evitar estas tragedias es posible si se siguen una serie de recomendaciones.

La presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Lugo, Lourdes Bermello, alerta de una situación "muy preocupante" que va en aumento: "estamos observando que el pico de ahogamientos aumenta. En el 2017 repuntó, íbamos bajando la cifra paulatinamente, pero desde al año pasado observamos de nuevo una tendencia a la alta".

Bermello alerta sobre la soledad buscada en estos parajes naturales. "Por muy bucólico que nos pueda parecer, eso de irnos a una playa, un río o a un pantano solos es un peligro. Este es uno de los principales errores que tendemos a cometer", señala.

Disfrutar de un baño bajo la protección y vigilancia de socorristas es "fundamental. Pero desgraciadamente estamos viendo que no todos los arenales cuentan con este servicio, por lo que si vamos a un lugar sin socorristas al menos que esté transitado, que haya gente, porque siempre nos podrán ayudar", relata.

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Un atragantamiento, un tirón o simplemente un mareo dentro del agua puede acabar en drama si no tenemos una mano amiga. "SI no hay quien nos pueda ayudar tenemos un problema, por eso insisto en ir a lugares con gente", describe.

Si este no es el caso, "si estamos en el agua y nos da un tirón, por ejemplo, hay que avisar y esperar a que nos ayuden. Llamar a emergencias y no aventurarse y tirarse al agua a socorrer sin tener conocimientos", advierte la profesional.

Llamar a emergencias

La experta pone especial atención en el tiempo que se tarda en avisar de que una persona no se encuentra bien. Los segundos en muchas ocasiones son clave, por lo que "en cuanto notemos algo raro: llamemos".

Dice que en ocasiones se retrasa el dar aviso a emergencias por vergüenza y por pensar que se quedará en un susto, "pero en este caso los minutos no se pueden dejar pasar".

Otra de las recomendaciones es la vigilancia. "Olvidémonos de delegar en niños mayores el control de los niños pequeños. Todos son niños, y como tal, juegan, se entretienen y se despistan. Por lo tanto, la responsabilidad es del adulto", recuerda Bermello.

Una de las franjas de edad en las que más se corre el peligro de sufrir ahogamientos es la de los 4 años, "así que mucho ojo a los peques, tanto en playa como en piscinas. Optemos por mecanismos tipo vallas con cerrojos en piscinas privadas que eviten caídas al agua".

También eliminar de las rutinas playeras el tirarse desde las rocas. Por mucho que se pueda conocer el lugar, hay muchos factores que entran en juego cuando nos lanzamos al mar. "La profundidad cambia según estén las mareas, hay corrientes, podemos no ver bien el fondo... y los golpes en la cabeza pueden ser irreversibles", relata la profesional

Mantenernos en alerta

No es que se tenga que convertir en un sin vivir, pero si hemos de estar vigilantes en entornos acuáticos. Para eso debemos de mantener sin alteraciones los niveles de percepción. "Ni drogas ni alcohol, nada que nos pueda hacer perder el miedo o que nos haga sentir más seguros para hacer prácticas peligrosas", dice Bermello.

Tampoco se recomiendan comidas copiosas y no "para que no se nos corte la digestión", si no para que si hay que enfrentarse a una situación de rescate estar en condiciones óptimas. "Si hemos comido mucho nos va a costar movernos más, nos vamos a ser capaces de hacer el mismo esfuerzo...", ejemplifica.

Desde la presidencia del COE de Lugo, Lourdes Bermello recuerda también la necesidad de saber nadar y anima a la formación en técnicas de reanimación básicas que pueden salvar vidas en diferentes momentos de la vida.