Ferrol, cocina que brilla: así son las estrellas que renuevan sus fogones

Ferrol

No es fácil elegir entre las estrellas que brillan con luz propia en el renovado cielo de la gastronomía de Ferrol, en la que conviven aquellas de renombre que se han adaptado a los tiempos con una hornada de jóvenes talentos que consolidan la apuesta por una mezcla de estilos que reina en los fogones de medio mundo.

En el casco histórico de la ciudad naval se dan la mano establecimientos con trayectoria y locales como Bacelo, que en los dos años de actividad que cumplió el pasado 27 de agosto ha conseguido convertirse en uno de los restaurantes que provoca más curiosidad entre ferrolanos y visitantes.

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Su responsable, Álex Bacelo, habla a las puertas de dos semanas de vacaciones, que abren con una "cena maridaje a modo de despedida", en la cual sirvieron este domingo "ocho pases para la ocasión", propuestas inéditas que han ofrecido junto a "ocho vinos diferentes"; fue todo un éxito, las 35 plazas se agotaron en horas.

El chef, que lidera el proyecto junto a Mar Lago, incluyó en ese menú algún que otro "guiño a otra cultura" en formato de tapa y valora que en esta pasada temporada estival llegó "muchísima más gente, mucha de fuera", y hace referencia a un "turismo gastronómico, cultural" y vinculado con el Camino de Santiago que ayuda a la ciudad.

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"Ferrol está creciendo en todos los aspectos", expresa Bacelo, que alude a la influencia de la serie "Rapa" y a su propio protagonista, Javier Cámara, convertido en redes sociales o entrevistas en medios de comunicación en todo un embajador de la comarca.

Aunque el negocio trabaja "con una carta fija, hay platos que son inamovibles", cada vez que regresan de vacaciones "vamos variando"; ahora, en otoño, aparecerán las setas, como los "diez kilos de boletus de primera, espectaculares", que desembarcan junto a los fogones durante la entrevista, o las nabizas, puro "producto de temporada".

La comida de cuchara tiene un peso notable en Ferrolterra, donde otros innovadores, como Dani López, desde O Camiño do Inglés, o Adri Pérez, en Sinxelo, también reivindican el potencial de la imaginación culinaria de la esquina noroeste de Galicia, carente, curiosamente, de estrellas Michelin pese a su creciente popularidad.

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No hacen falta ni cinco minutos para saltar a Casa López, con Pablo Freire al frente de la cocina y con nuevo emplazamiento desde este verano; se mudaron a un emblemático edificio modernista junto a la plaza de Amboage, pero siguen en María, la misma calle, aunque ahora en su tramo final.

Empezaron cerca de la plaza de España y el cambio no ha provocado que la filosofía sea otra: "Trabajamos mucho; estábamos algo nerviosos por la reapertura, pero todo fue sobre ruedas".

Cuenta que reciben a "muchos vecinos y a los que teníamos del anterior local" en una "zona muy tranquila, muy residencial" en la cual el inmueble, obra del arquitecto Rodolfo Ucha y conocida como Casa Pereira, de principios del siglo pasado, "es un foco de atención de la gente que pasa por la calle".

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Las instalaciones tienen su propia "firma", la de Patricia Rodríguez, su pareja y compañera de trabajo, que es "decoradora y le da un toque bonito" a una Casa López en la que es "difícil mover algunos pesos pesados de la carta"; entre ellos, sobresale su burrito, célebre desde los inicios del proyecto en 2015.

Su perfil discurre entre un usuario "muy joven" a las "personas mayores" y el "90 % se lanzan; puedes esperar que la gente mayor va a pedir un filete, pero pide pad thai y burrito"; este último, con cierta diferencia, es al que le están más "agradecidos", pero la suya es una carta en movimiento, "siempre pensando en platos nuevos".

De hecho, manifiesta Pablo Freire, "haces un viaje, pruebas algo rico y lo quieres replicar a tu estilo", desde un "guiso de tu madre" a cualquier descubrimiento gastronómico de años atrás, también los relacionados con una "cocina de otoño que pide la cuchara, los colores ocres, del campo, de las hojas, las setas y las castañas".

Hasta el invierno, avanza, van a "jugar con lo que tenemos fuera de la carta, a tirar de la despensa" de la estación, tras un "verano de locura" para iniciar la nueva etapa: "Estamos muy contentos por la ciudad, me importa ver las calles vivas y que se abren negocios nuevos, ver a la gente contenta por la calle".

Olores y sabores de la niñez que atraviesan un túnel del tiempo hasta desembocar en el menú de Casa López, deseosa de dar respuesta a quienes buscan "variar, comer cosas que en casa no se atreven a hacer o con ingredientes que no pueden comprar fácilmente", ponerse en "su piel" para que la mesa siga sorprendiendo en Ferrol.