La historia de superación de Nary Ly: de refugiada a científica y atleta olímpica

Lugo

Con diez años Nary Ly huyó de Camboya, un país inmerso en una guerra civil, dejando atrás a su familia. Se crió durante la dictadura de Pol Pot, en la que se contabilizan que se produjeron en torno a un millón y medio de muertes. Nary Ly pudo abandonar el país como refujiada y siendo aún una niña fue traslada a Francia, donde estuvo en un orfanato primero y desupés con una familia de acogida.

Cuenta que para ella esta oportunidad de huir de la guerra que se le presentó le hizo sentir que tenía que aprovecharla: "Tenía la responsabilidad de hacer algo útil por mi país". Dice que creciendo en Francia pensaba que no quería "ser diferente a los demás niños de francia, sino poder hacer lo mismo que ellos".

Estudió Biología en Francia y en los Estados Unidos y se doctoró. Ya es una meta que parece inalcanzable para una niña que llegó a un país del que no sabía nada, ni siquiera el idioma, con diez años y sin su familia. Pero no contenta con esto, cumplió otro sueño: el de ser atleta olímpica.

Con 44 años representó a Camboya en los Juegos Olímpicos de Río. Corrío una maratón que sabía que no iba a ganar, pero lo hizo por "el hecho de terminarla, por representar a mi país y para demostrar a todas las niñas de Camboya que es posible".

Libro infantil

Ese es el mensaje que quiere trasladar con el libro infantil que ha escrito, en el que cuenta la historia de su vida: "Los niños son difíciles de convencer, pero quiero que vean que si yo he podido correr más de cuarenta kilómetros con 44 años, ellos que tienen el mundo por delante pueden cumplir sus metas".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

En 'Unha chica extraordiNARYa' la protagonista es ella misma, una niña que según va creciendo y cumpliendo sueños va coleccionando en un saquito hilos de colores. En el cuento, y en su vida, "la curiosidad por las cosas que te rodean es muy importante". Eso ha sido en parte el motor que la ha hecho recorrer todo este camino.

Una curiosidad que no ha podido saciar, sin embargo, que ya le asaltaba desde pequeña es el por qué de la guerra civil de su país. "Cuando volví a Camboya diecisiete años después, pude reecontrarme con mi familia y ver el estado en el que se encontraba mi país, completamente desturuído", dice, "no entendí por qué un compatriota asesinaría a otro".

Ahora quiere transmitir a los niños y a las niñas "el valor que deben darle a estar viviendo un tiempo de paz", porque recuerda que no hace tantos años "en España también hubo una guerra civil que obligó a mucha gente a huir y a refugiarse en otros países". "La amistad, el respeto, la importancia de aprender o del deporte que nos ayuda a estar sanos y a estimular el cerebro" son algunos de los mensajes que traslada, pero el principal "es la paz".

Grillos para cenar

Cuenta en el libro historias un poco más complicadas sobre su infancia, pero también otras más amables. Una de las más curiosas, que llama la atención, es la del regalo que quiso hacerle a su madre de acogida en Francia. "Un día", cuenta Nary Ly, "cazé un grillo, se lo llevé a mamá y le dije que podía cocinarlo para cenar". Enseguida le explicó que para ellos no era costumbre, y Nary Ly le aclaró que para ella era como comer un cacahuete.

Además de acercar historias como esta al público infantil, también ha escrito una biografía titulada 'La historia de Nary Ly: superviviente, científica ,olímpica'. Además en las charlas de presentación del libro para niños proyecta un vídeo que ha hecho "con muchísimo cariño" en el que acompaña la narración del cuento de imágenes animadas. "Espero que les guste mucho y se sientan inspirados", desea.