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El Xogo da Ola cumple 80 años de tradición en O Porriño

En 1944 se celebraba por primera vez en O Porriño una tradición cuyos orígenes podrían remontarse a la antigua China

Participantes do Xogo da Ola del 2024.

Participantes do Xogo da Ola del 2024.

Vigo

Un mes ha costado cerrar el Entroido en O Porriño y, sobre todo, poder celebrar los 80 años de una de sus citas más longevas: o xogo da ola. Un singular juego que cada carnaval se celebra en la localidad, en la calle que lleva su nombre. Un juego en el que vuelan ollas de barro llenas de hollín. En el campo, o en este caso en la calle, cortada por varias vallas adornadas de mimosas, jugadores disfrazados, algunos de ellos llevan varias décadas jugando y siempre con el mismo atuendo, cumpliendo las ordenes de la madrina, Purita desde hace más de medio siglo, y el árbitro, y bebiendo vino y pagando multa cada vez que una olla cae al suelo y se rompe.

Esta tradicion data al menos de 1944 y suele ser la cita que abre el carnaval. Este domingo casi lo ha cerrado, porque no se pudo celebrar hace un mes por el mal tiempo. Este domingo ya al fin pudieron desafiar a la lluvia y, ya por la tarde, acompañar a la Sardina. Lo han hecho en plena cuaresma, y ojo, que aunque no suele ser lo habitual, igual está más carca de la tradición original de lo que parece.

Explicaba José Ramón Muñoz Rodriguez en un artículo publicado en Malladoura, que fue un a peña de seguidores del Zeltia CF quienes iniciaron este juego en la localidad. No queda claro si basándose en una tradicion que existe tambien en Xinzo de Limia, donde se celebra a su vez el domingo de oleiros, aunque con notables diferencias. En Xinzo las ollas van llenas y quien tira una, además de sufrir el escarnio del publico, debe pagar unas botellas de vino para los amigos. En el caso de la tradición de O Porriño, el que falla debe beber vino con azucar, además de la multa, lo que hace que las ollas vuelen con más brio así como se suman minutos de juego.

Contaba en aquel artículo Muñoz Rodriguez, que en aquella peña, estaba Suso Celtiña , propietario de un bar de gran tradición en el municipio y enfrente del que se sigue jugando, 80 años después. En un principio la idea era ir de casa en casa pidiendo ollas, pero más adelante empezaron a comprarse. Hoy en día las pone el Concello.

Participantes del Xogo da ola en 1970.

Participantes del Xogo da ola en 1970. / Cedido por Malladoura

Participantes del Xogo da ola en 1970.

Participantes del Xogo da ola en 1970. / Cedido por Malladoura

Un juego también practicado en Francia

Además de en Xinzo, este juego, o uno muy similar está documentado en Francia, en Gargantúa. Lo documentó un médico y escritor francés, François Rabelais en 1535. Se llamaba cassepot, una construcción que vendría de “pot cassé” o cacharro roto y que aparece también en un cuadro de Pieter Brueghel.

El juego de Cassepot en el cuadro de Brueghel.

El juego de Cassepot en el cuadro de Brueghel.

El juego de Cassepot en el cuadro de Brueghel.

El juego de Cassepot en el cuadro de Brueghel.

Explica a su vez que el origen de este juego, el de Gargantúa, podría estar en la antigua China. Desde allí llegaría a Italia a través de Marco Polo, en el S XII, siendo práctica usual en la Cuaresma en la Baja Edad Media y renacimiento. Era una práctica noble relacionada con la agricultura y las cosechas, y las ollas se hacían in espresso con siete picos, simbolizando los pecados capitales. Quizá por tanto este rettraso de un mes que ha situado el juego en plena cuaresma, lejos de alejarlo lo haya acercado aún más a la tradición original.

 
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