'Llevarse el gato al agua' como España o acabar de 'capa caída' a la francesa: la Eurocopa en términos lingüísticos
¿Sabías que estas expresiones tienen su origen en juegos populares y plazas de toros?
España se llevó 'el gato al agua' y Francia se quedó de 'capa caída'
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Lugo
La Roja se 'lleva el gato al agua' y pasa a la final de la Eurocopa 12 años después. No corrió la misma suerte la selección francesa, que terminó de 'capa caída' tras 90 minutos de encuentro. Frases como estas son utilizadas muy a menudo por los mortales, pero... ¿realmente sabemos de dónde provienen?
Abrimos 'La botica lingüística de Traducartes' en Hoy por Hoy Lugo con la lingüista Irene Arto para descubrir los orígenes de estas expresiones tan populares como desconocidas.
'Llevarse el gato al agua' significa vencer en un enfrentamiento, deportivo o no. Y de ahí viene la expresión. Arto explica que hace años existía un juego popular "un tanto extraño" que consistía en llevar, literalmente, un gato al agua. "Los niños jugaban a introducir a un gato en un bidón con agua y ganaba el que lo consiguiese sin recibir un solo rasguño", explica la experta en lenguas.
'Estar de capa caída', entraña más complicación. Hay varias teorías sobre su origen, ya que por popular que sea pocos se cuestionan de dónde viene tan frase hecha.
La primera de las pistas nos lleva a un ruedo. "Se dice que cuando el torero no estaba teniendo una buena faena digamos que la capa se torcía, se inclinaba, se bajaba y se arrastraba por el suelo... vamos que tenía la capa caída como sinónimo de un mal día", comenta.
Otra está vinculada a los soldados y al mundo del cotilleo en el ejército. "Si un soldado llevaba la capa hacia un lado, caída de un hombro, era la señal de que pasaban cositas. Bien personales, profesionales, líos de cualquier tipo", pero vamos que no estaba el horno para bollos.
Y el tercero de los caminos nos lleva a Roma y al latín. "Capa puede ser el resultado de la evolución y adaptación de cabeza. Entonces se entiende que cuando una persona llevaba la cabeza agachada era porque algo malo le ocurría y entonces estaba con la cabeza caída, bajada, agachada...", comenta.
Aunque nada está claro, la experta cree que la tercera es la opción que más encaja, pero cada uno puede sentirse libre para soñar e imaginar en su mente el punto de partida de algo tan común.
Sara Meijide
Redactora de Radio Lugo